Yooka-Laylee and the Impossible Lair se reinventa a sí mismo presentando un plataformero puro en 2d con una propuesta divertida, nostálgica y desafiante.
Es probable que si no estás metido de lleno en el mundo gamer, Yooka-Laylee se te haya pasado por alto. Lanzado en 2017 por Playtonic Games y Team 17, se nos presentó un plataformero 3d al mejor estilo Banjo-Kazooie, Super Mario 64 y Spyro the Dragon, con un dúo protagónico que si bien no destilaba una personalidad muy llamativa, estaban concebidos en un mundo muy atráctivo y colorido.
2 años después, Playtonic cambió radicalmente muchos conceptos de su estructura para su secuela, Yooka-Laylee and the Impossible Lair, una aventura que vuelve a apostar al adn puro de las plataformas pero con una perspectiva 2d, con una enorme versatilidad brillante para no caer en la repetición y presentarnos una dinámica de niveles y coleccionables que nos mantendrá durante varias horas muy entretenidos.
Afrontando la Guarida Imposible
Capital B emerge una vez más como el único villano de esta secuela, quien para esta nueva historia se ha trasladado a Reinolmena, lugar donde ha creado un dispositivo para controlar a las abejas. El dúo conformado por el lagarto y ¿la murcielaga? va a tratar de impedirlo pero para eso tendrán que encontrarlo tras el final de la “Guarida Imposible”.
Yooka-Laylee and the Impossible Lair empieza de una manera bastante particular, ya que tendremos acceso desde los primeros compases de esta aventura al nivel final del juego. Sin embargo, no todo es tan fácil como uno aparenta, ya que el nombre que hace gala de esta secuela tiene dicha razón de ser: se nos presenta una mazmorra imposible de superar, con un Capital B que nos derrotará con una simpleza pasmosa que pondrá en jaque nuestros planes de salvar el día.
Para revertir la compleja situación, tendremos que ayudar a la Reina Phoebee, liberando a todas las abejas apresadas para que nos ayuden a pasar la Guarida Imposible y enfrentar a Capital B. Este será el punto de partida para atravesar 20 niveles diferentes, cifra que termina duplicándose porque los escenarios sufrirán transformaciones tras nuestras acciones en el mundo en 3D que los conecta. Un mundo que funciona como una sola atmósfera pero la cuál tendremos que ir explorando y completando distintas tareas para ir abriendo zonas o utilizando las ya conocidas monedas de la entrega anterior para acceder más niveles.
Lo genial de esta gigante área es que no funciona únicamente para ir seleccionando los níveles, sino que funciona por sí misma, ofreciendo un montón de actividades para realizar, desde desafíos para modificar el entorno, algunos simpáticos puzzles y varios secretos donde se esconden plumas y tónicos.
Las modificaciones en los ecosistemas de los escenarios era algo que se había planteado en la primera entrega pero de forma más sutil, en Yooka-Laylee and the Impossible Lair la transformación es completa y mucho más tangible, porque el nivel además de cambiar por completo, nos desafiará a encontrar coleccionables y rescatar una de las abejas, con desafíos planteados de otra forma y una disposición modificada de las trampas y los enemigos.
La dificultad de los desafíos es bastante simple cuando se trata de completar el esquema tradicional de principio a fin sin preocuparnos de las plumas (el equivalmente a las frutas wumpa de Crash, o las monedas de Mario), que hay a raudales o de las 5 monedas ocultas que son un desafío hermoso para aquellos que nos encantan encontrar todos los secretos que puede ofrecer una aventura.
Otro de los puntos que se repiten del anterior Yooka-Laylee son los tónicos, aunque tienen una vuelta de tuerca en cuanto a su utilización. Estos tónicos estarán diseminados en todo el mapa principal del juego, la gran mayoría de ellos ocultos y tras encontrarlos tendremos que utilizar plumas para poder desbloquearlo y posteriormente equiparlos en una de las 3 ranuras disponibles (que se pueden convertir en 4).
Algunos cambios son estéticos: cambio de color de los protagonistas, efectos en la pantalla o también agrandar nuestras extremidades. Pero también habrá tónicos que modificarán la dificultad del juego, agregando (o quitando) chekpoints, aumentando la resistencia de los enemigos, cambiando el esquema de los controles. Dependiendo de si elegimos bonificaciones positivas o negativas, se modificará el multiplicador para obtener plumas al final del nivel, así que si elegimos 3 modificaciones lo suficientemente adversas y completamos una fase, podemos cosechar una buena cantidad de ellas.
Simple, eficaz y divertido
Yooka-Laylee and the Impossible Lair no pretende innovar en el género ni mucho ofrecer cambios sustentables en su jugabilidad. Los comandos son pocos y sencillos: podemos correr, saltar, rodar y si contamos con Laylee (nuestra aliada se alejará de nosotros si recibimos un golpe) podremos planear para llegar a lugares alejados y también realizar un golpe al piso con fuerza para romper cajas o abrir escotillas. No hay power-ups ni habilidades especiales más allá de las mencionadas.
En cuanto a su desarrollo, es un plataformero de la vieja escuela, en donde los saltos precisos, la sincronización para evitar trampas y la perspicacia para olfatear secretos tiene que estar a la orden del día si queremos no solo rescatar a las abejas, sino además de cosechar todos los objetos coleccionables que abundan a nuestro alrededor, que incluso llegar a tapar el hecho de que, salvo Capital B, no hay bosses a los que el dúo dinámico tenga que enfrentar.
La simpleza que ostenta PlayTonic en su jugabilidad se contrapone en el diseño de los niveles. Hermosos caminos sinuosos llenos de trampas que no siempre son completamente lineales de izquierda a derecha, sino que tendremos que ir explorando en ambas direcciones durante algunas ocasiones para encontrar la manera de liberar a nuestras preciadas abejas. Las modificaciones que cambian por completo los escenarios son, en sí mismas, brillantes: desde una capa de nieve y hielo hasta invertir el nivel 180 grados, el juego pocas veces repite sus fórmulas, ofreciendo una aventura que lejos de ser repetitiva es desafiante en varios puntos de su entrega, y no solo llegando al final, algo que también sabe distribuir muy bien la desarrolladora.
Y si bien hablamos del desafío que puede representar algunos escenarios, Yooka-Laylee and the Impossible Lair tampoco buscará que te frustres por no poder pasar alguna parte muy compleja y, si perdemos muchas veces, el juego nos ofrecerá la posibilidad de saltearnos ese tramo hasta el siguiente checkpoint, algo que no sucede muy a menudo.
Yooka-Laylee and the Impossible Lair, como mencioné más arriba, no intenta innovar dentro del mundo plataformero, pero logra con este impensado par de protagonsitas conseguir una identidad propia, a fuerza de buenas decisiones y una diversión que se palpa en todo momento. De yapa, un plus que tiene que ser tomado con la seriedad que amerita: los niveles de agua son realmente un disfrute gracias al notable desplazamiento de Yooka en terrenos acuaticos.
El apartado artístico no destila enormes niveles de detalle pero es una correcta evolución del título de 2017, con algunos altibajos en ciertos niveles pero que logra estar a la altura por un estilo simpático y colorido.
Conclusión
Si sos un fan de los juegos de plataformas, Yooka-Laylee and the Impossible Lair tiene que estar en tus lista de títulos imprescindibles. Esta vuelta de tuerca en su premisa jugable homenajea de manera fiel los grandes exponentes del género pero intentando lograr un estilo propio, que a base de buenas decisiones argumentadas en una fusión de controles simples y precisos con un diseño de niveles desafiantes logran que el juego nos mantenga entretenidos y no caiga en baches.
Estoy bastante expectante por ver cómo PlayTonic Games sigue exprimiendo la franquicia, y si bien todavía es temprano para posicionar la franquicia, no tiene nada que envidiarle a colosos del género.