Virus Tropical, sentida y cruda como rara vez se ve animación producida por estos pagos, llega a las pantallas porteñas de la mano del BAFICI.
Debo comenzar esta reseña con una confesión: me tienen harto las historietas autobiográficas. He leído más de una obra maestra en ese género (Fun Home, Blankets, Hoy es el último día del resto de tu vida), pero su asociación con el éxito del cómic independiente en el mundo se ha traducido en que todo joven historietista argentino incurra en el mismo saturando indefinidamente la oferta. Quizás por eso nunca me acerque a Virus Tropical, la novela gráfica de la artista ecuatoriana/colombiana Powerpaola. En ella se basa el film animado colombiano dirigido por Santiago Caicedo, que se estrena por primera vez en el país en la Competencia Oficial Internacional del BAFICI. Más a pesar de mi reticencia, no pude sino dejarme ganar por la sinceridad con que ambos cuentan en la pantalla grande la historia de Paola, desde cigoto hasta su emancipación.
https://www.youtube.com/watch?v=Fu2A-MRlCP8
“Esto debe ser un virus tropical”, diagnostica el médico a la madre, reacio a aceptar que la mujer pudiera estar embarazada luego de anudarse las trompas. Pero no, fue Paola, a quién le tocó llegar al mundo en Quito durante los setenta en una familia con dos hermanas y un padre que había dejado de ser cura para casarse con su madre. Seguiremos su vida desde la infancia hasta la secundaria, con la historia de Ecuador y Colombia de corriendo de fondo (como suele correr la Historia con mayúscula en nuestras vidas).
Como los mejores relatos costumbristas, es en los pequeños detalles donde la narración cobra vida, donde nos reconocemos. Virus Tropical esta construida por decenas de esos detalles. A pesar de la distancia espacio-temporal que nos separa a Argentina de Ecuador, uno no puede dejar de sentirse identificado en la experiencia latina que desnudan chistes al pasar. Como cuando los invitados creen que el ron ecuatoriano sabe más rico porque se lo sirvieron desde una botella colombiana. La viñeta sobre zapatillas Nike Air que compra Paola con tanto dinero para impresionar a sus compañeros de secundaria, pone en pantalla nuestro deseo por ser otro, que a su vez potencia el fetichismo por los objetos (importados) que nos sigue desvelando.
En el relato íntimo las grandes tramas aparecen chiquitas, como la manera en que el narcotráfico en Colombia colorea la vida cotidiana de los adolescentes de Cali en los saberes cotidianos que deben manejar para sobrevivir la violencia que los rodea. Las cosas chiquitas, a su vez, nos permiten espiar al gran panorama. Podemos ver, por ejemplo, el racismo de todos los días en la historia de Chavela, la mucama de sangre indígena de los Gaviria que avergonzada por las burlas de Paola por su nariz roba dinero de su patrona para hacerse una rinoplastía y teñirse de rubia.
Virus Tropical, en ese nivel, también funciona como una historia acerca de ser mujer (de clase media blanca) en América Latina, con todas las limitaciones y machismos implícitos que eso conlleva. Desde las expectativas que pesan sobre una jovencita hasta las primeras interacciones románticas con el otro sexo, la experiencia adolescente de Paola es narrada con una sinceridad que debería permitirse más frecuentemente a las voces femeninas y a la animación. Solo por eso la película se vuelve tanto más valedera hoy día, con los debates que están encima de la mesa en nuestra sociedad.
Como biopic, otro género que me cansó a fuerza de tanto “Oscar bait”, el film colombiano es refrescante porque no viene a contar grandes hazañas, o un relato de caída y redención. En el hay seres humanos complejos, mujeres casi todos, que enfrenta problemas más próximos a nosotros, como lidiar con la familia, la presión del grupo de amigos y la autopercepción que tenemos de nosotros mismos.
Tampoco hay actos heroícos, sino relaciones humanas que le dan fuerza a Paola así como se la restan. En particular Virus Tropical se detiene en los vínculos complejos que la conectan con su madre y con su hermana Patricia, la del medio, dos mujeres multidimensionales en derecho propio. La relación con Pati, que va de enemistad de hermanas a fuerte amistad a casi maternidad, es una de las cosas más hermosas y emotiva en una película llena de ellas.
Técnicamente, serán inevitables con comparaciones con Persepolis, en particular por preservar en el diseño tanto el blanco y negro como el estilo caricaturesco de la novela gráfica original. La combinación de los dibujos (Powerpaola aporto 5000 a la producción) con el volumen de la animación computarizara produce un estilo idiosincrático con encanto propio, que recordará a los treintañeros al PaRappa the Rapper o al Paper Mario (dependiendo que consolas haya jugado un en los noventa).
Sin desmerecer el dibujo de Powerpaola, que logra cargar una expresividad que no se entiende donde está guardada en la sencillez del trazo, se debe celebrar también la emoción que le imprimen la buena performance de los dobladores. En combo con la excelente banda sonora compuesta por rock alternativo latino, todos los elementos se conjugan para darle aún más vida a los personajes.
Al final solo me queda esperar que Virus Tropical, con toda la sinceridad que trae a la animación latinoamericana, no sea una excepción sino un indicio de lo que esta por venir. Nada quisiera más que mis (futuras y aún inexistentes) hijas pudieran ver películas sobre mujeres como Paola. Quien no es especial porque nació amazona en una isla perdida griega, o porque un extraterrestre le dio poderes, sino porque es una joven mujer que a pesar de los problemas que le pone la vida enfrente sabe quien es y que quiere. Alguién que puede decir “no” sin amilanarse ante la presión del noviecito o los amigos. Como me gustaría que mis (ficticias) hijas supieran hacer.
Este gran film animado colombiano se puede disfrutar en el BAFICI, siendo sus funciones: Miércoles 18 de Abril a las 23:00hs en el Village Recoleta, Jueves 19 de Abril a las 14:00hs en el Village Recoleta, y el Sábado 21 de Abril a las 16:10hs en el Espacio INCAA cine Gaumont.