Ridley Scott, director y padre de la bestia, trae una nueva cinta de la saga iniciada en 1979, Alien Covenant.
La tripulación de la nave colonial Covenant decide desviarse de su objetivo principal para explorar un planeta que no habita en los registros y radares, un paraíso inexplorado con más secretos y problemas de los que habían imaginado. Encabezados por el ser sintético Walter (Michael Fassbender – Prometheus / 2012) y la jefe de a bordo Daniels (Katherine Waterston – Animales fantásticos y dónde encontrarlos / 2016), el grupo deberá revelar el misterio que envuelve al planeta antes de que sea demasiado tarde. Alien: Covenant (2017), dirigida por Ridley Scott (Prometheus / 2012) llega a todas las salas del país el próximo 18 de mayo de 2017.
Alien: Covenant se acerca más a lo que fue la trilogía original de su última adaptación con Prometheus. Aquí, el objetivo de Ridley Scott en cuanto a la dirección se enfoca en develar y darle una mayor entidad a lo que prometió la anterior película pero que no llegó a satisfacer en cuanto a expectativas. En Alien: Covenant se expande las aspiraciones y pensamientos de los seres sintéticos como David o Walter y cuál es su papel en esta historia que desentraña la mitología sobre los orígenes de los xenomorfos.
En Covenant también aparece la temática relacionada al vínculo maternal, que fue determinante en las primeras películas, como a su vez aparecen reflejos de la época en la cual se contextualizó cada una de ellas, como relaciones homosexuales entre los protagonistas u otra percepción sobre el rol de la mujer. Alien Covenant deja de lado las metáforas y planteos filosóficos demasiado rebuscados que intentó Prometheus y se centra más en ser eficaz y concisa: golpe a golpe, el guión se va desenvolviendo de manera fluida y eficaz aunque en algún momento son demasiados endebles o ingenuos los eventos para provocar una reacción.
En lo que envuelve tanto a la estética, como la puesta en escena y el aparato sonoro, Alien Covenant recuerda y lleva a la nueva generación el estilo que impuso las primeras entregas de los ’80 y ’90. No es un refrito, una remake o algo similar como tanto se le cuestionó a Star wars: El Despertar de la Fuerza (2015) con A New Hope (1977): Covenant toma como camino la esencia de lo que hizo a la primera trilogía diferente a lo que se había visto hasta el momento. Se nutre de sus aciertos de Alien (1979) y lo potencia para una nueva generación que no llegó a ver al xenomorfo en la gran pantalla, siendo consciente de ciertos fallos en el guión y en la construcción de sus personajes.
Prometheus tuvo espacio para una secuela ya que se sostuvó desde las ventas y críticas gracias a que Michael Fassbender encabezó el proyecto desde el primer momento. Fassbender redobla la apuesta de su actuación en la primera película con una interpretación de lo mejor de toda su filmología hasta el momento. En el cuerpo de los seres sintéticos, Walter y David se narra las clásicas preguntas de origen, destino y contradicción sobre cuál es su propósito en su vida -eterna-. La visión de cada uno sobre la vida, la creación, el respeto y la moral es tan diferente y cercana y ciertos pasajes que nutren al film de una manera distinta, pero en este caso bien desarrollada, algo que en Prometheus se quedó a medias tintas.
El papel de Katherine Waterston también cae para remarcarlo: muy diferente a la teniente Ripley (Sigourney Weaver) , la heroína que marcó un antes y después de las mujeres en el cine. Waterson construye a un personaje temeroso, valiente que vive el minuto a minuto entre el miedo, la desesperación y la valentía. Algo más humano, natural y creíble frente a las diferentes pérdidas y obstáculos -monstruosos- que tendrá que sortear para seguir adelante.
Alíen Covenant vuelve a un lugar del que nunca debió haber salido para colarse otra vez entre los primeros puestos, entendiendo bien sus fortalezas y lo que comprende su nombre en lo que es el cine de ciencia ficción y de terror. Tal vez no innovó en cuanto a lo que ya se vio en la saga ni tampoco ofreció algo nuevo o más arriesgado, pero Covenant fue el paso firme para construir los cimientos de una nueva secuela, según lo anunció el mismo Scott.