La segunda temporada de Arcane es, objetivamente, una obra maestra la alianza Netflix y Riot que deja con ganas de más de este universo.
Se dice que Arcane costó alrededor de 250 millones de dólares, convirtiéndola en la serie animada más cara de la historia. Bueno, en ese caso, es el dinero mejor invertido en la historia de Netflix. Cada dólar vale la pena si el producto final es algo de la calidad de Arcane. Si ya en la primera temporada había momentos que te dejaban sin aliento, en esta segunda entrega esos momentos se multiplican, profundizando en la humanidad de Jinx, el duelo de Vi y las complejas relaciones entre estas hermanas que deben lidiar con el peso de su pasado.
Tras el final de la primera temporada, que dejaba a Jinx ejecutando un atentado contra la capital de Piltover, todo parecía indicar que la segunda parte de esta adaptación basada en los personajes de League of Legends sería una guerra total entre la gente de Zaun y los soldados de la metrópolis. Sin embargo, las sorpresas están a la orden del día, y la trama da varios giros inesperados, ofreciendo una historia mucho más profunda en la que la construcción y destrucción de los vínculos forjados en la primera parte se convierte en el eje central de todo.
Esta segunda temporada comienza como una continuación inmediata a los eventos del último capitulo de Arcane, poniendo el foco en como Vi y Caitlyn salen a la caza de Jinx, algo que se ha visto en los adelantos incluso mostrando a nuestra protagonista usando un uniforme de las fuerzas de seguridad de Piltover, algo que parecía impensado pero que demuestra hasta donde está dispuesta a llegar Vi para poner fin a los ataques de Jinx. Clave ademas que la colorada protagonista se refiera con ese nombre a su hermana, asumiendo que la Powder que conocía no existe más y que lo que pase de ahora en adelante es por un bien mayor, incluso algo como ponerse el uniforme de la gente que asesinó a sus padres.
Aunque el foco de la segunda temporada está en las relaciones interpersonales y las consecuencias de las decisiones pasadas, la acción no podía faltar, y Arcane ofrece varias secuencias espectaculares en su repertorio, protagonizadas por un abanico de personajes. Vi, Caitlyn, Jinx, Ambessa, Jayce y otros más tienen sus buenos momentos de combates impresionantes, con animaciones de primer nivel. La serie combina transiciones en su característico estilo visual con escenas en 2D impactantes, brindando un deleite visual para el espectador.
Lo que sigue sorprendiendo de Arcane es su capacidad de enamorar tanto a fans como a quienes desconocen el mundo de League of Legends. Proveniente de una franquicia gamer tan sólida como League of Legends, que tiene un peso propio en la industria, uno podría pensar que estamos ante una serie de nicho, pero nada más alejado de la realidad. Claro, los fans de la saga pueden captar guiños y referencias que pasan desapercibidas para otros, lo cual es genial. Sin embargo, la serie, al igual que en su primera temporada, es una invitación para que los ajenos al mundo de LoL se acerquen, conozcan la mitología detrás de los “campeones” y disfruten de una serie que no requiere conocimientos previos. Algo similar a lo que sucedió con Cyberpunk: Edgerunners, otro gran acierto de la plataforma de streaming.
Hasta ahora, solo hemos disfrutado 6 de los 9 episodios que componen esta segunda temporada, quedando en suspenso el desenlace del clímax, que promete enfrentar a Vi y Jinx en una situación más que complicada. Seguramente, dejará alguna puerta abierta o alguna pista sobre cuál será la próxima serie en este universo. Arcane puede cerrar su primera etapa con esta temporada, pero claramente abre una enorme cantidad de posibilidades, dado el éxito que ha sido.