Jackie Chan y Pierce Brosnan salen de sus roles típicos y salvan a El Implacable, un thriller político al que le sobra trama.
El Implacable es una pobre pero buena demostración de por qué necesitamos más thrillers con Jackie Chan, aún cuando tenga unos 30 minutos en pantalla. Ah, porque sí: Jackie, que en los afiches aparece en el mismo tamaño que Pierce Brosnan aparece muy poco tiempo, sobre todo para un film de casi dos horas. Pero este desequilibrio entre los protagonistas no tiene relación con el peso que ambos tienen en la historia principal, y aunque el film sufra de ser algo post-Taken, tiene en sus protagonistas los méritos suficientes para ser un thriller correcto.
La historia: Ngoc Minh Quan (Jackie Chan) es un comerciante humilde que vive en Londres. Tras el asesinato de su hija en un atentado terrorista, decide salir a buscar justicia, y encontrar a los responsables. Esto lo lleva a instigar a Liam Hennessy (Pierce Brosnan), el vice primer ministro de Irlanda, quien puede tener pistas sobre las identidades de los asesinos.
Al hombre normal le tocan la familia y de repente saca a la luz todo su conocimiento armamentístico, militar o del estilo para descubrir quién le quitó lo que más ama en el mundo. Aunque este acercamiento a lo Taken ya esté bastante gastado, El Implacable le da una vuelta para que la fórmula funcione a pesar de ser una película larga. Hay que decir antes que esta es una adaptación de The Chinaman, una novela escrita por Stephen Leather en 1992, así que en cierta forma es más vieja que Taken… pero no tanto como El Vengador Anónimo y otras joyas con este estilo de personaje.
En fín, el hecho de que sea una adaptación le da una coartada a la historia de venganza de nuestro Chan favorito, pero fuerza algunas cuestiones en la trama que simplemente no funcionan. A pesar de ser un thriller, El Implacable trata de cubrir un espectro muy grande para lo que la película puede: quiere ser un film de espías, un drama político y una película de acción que por momentos tira dos o tres gags, y no termina de desarrollarse todos los aspectos por completo. Por nombrar un ejemplo, que las escenas de acción de Jackie puedan contarse con una mano da cuenta de esto.
Otro problema que tiene la película es que las motivaciones de algunos personajes secundarios terminan siendo lo suficientemente unidimensionales como para servir a la trama. Esto es malo, pero le da la ventaja al film a que se luzcan también las dos estrellas principales. Porque aunque la historia funcione medio a las patadas (y no lo digo literalmente) acá el plato fuerte está en las actuaciones de Chan y Brosnan. Sí, Jackie aparece 30 minutos o más en pantalla (cosa que las versiones asiáticas corrigieron porque es Jackie Chan y allá sí saben hacer las cosas), pero en todo este tiempo vemos varias facetas de su personaje, lo vemos revolear gente por el aire (y a él mismo), y por sobre todo lo vemos llevar adelante un papel dramático con el toque justo de expresividad.
Pero que Jackie aparezca poco también le da el pie a la otra sorpresa de este film, que es Pierce Brosnan. Un actor muy cercano al director Martin Campbell (Casino Royale, Golden Eye, Green Lantern) que se carga la mayor parte del film, y que en un papel mucho más dramático de lo que acostumbra demuestra muy bien la transformación de un hombre simplemente apaleado por todo lo que creía controlar.
El Implacable es de esas películas a las que tener mucho plot no la favoreció mucho. Las piezas del rompecabezas son muchas que muchas veces sólo embarran la cancha. Pero en el final, funciona. Con poco Jackie, con mucho Pierce, pero la historia funciona, y si pueden sobrevivir al acento irlandés de Brosnan (algo super debatible en un casting lleno de actores irlandeses) van a encontrarse con un thriller por lo menos correcto.