Llega una nueva cinta de terror, La cura siniestra, protagonizada por Dane DeHaan y Mia Goth.
En La cura siniestra (2017) un joven empresario (Dane DeHaan) deberá traer al CEO de su compañía de un “centro de bienestar” en el cual no todo es como parece.
Lockhart (Dane DeHaan – The amazing Spiderman /2014) es enviado a los Alpes Suizos con el fin de buscar al CEO de su empresa de un spa exclusivo para las personas con el más alto nivel adquisitivo. En un lugar donde todo no es lo que parece, teniendo como premisa tratamientos milagrosos que curan cualquier enfermedad, Lockhart descubrirá la verdad y que es lo realmente ocurre con el “centro de bienestar” y sus pacientes.
La narrativa en La cura siniestra se vuelve repetitiva, predecible y con personajes muy limitados. Un thiller psicológico que busca reflexionar sobre los propios conflictos del personaje principal trasladándolos a lo que es el film en sí en su idiosincrasia. El problema de La cura siniestra es tratar de darle una vuelta más de tuerca a un relato que parece simple y concreto para donde apunta. Por grandes momentos, la película cae un pozo donde es difícil de seguirle el hilo, ya que ni desde lo que es la historia en general, los diálogos o los propios personajes desprenden algún aliciente para atrapar el espectador.
Por la necesidad de ser lúgubre, trascendental y muy reflexiva de manera psicológica, La cura siniestra se pierde en los lugares comunes debido a que no cuenta con una estructura en su guion para soportar todo lo que –trata- de proponer. La dirección de Gore Verbinski, quien en el 2013 se encargó de dirigir la magra adaptación de El llanero solitario, es el punto más acertado debido a los planos, ángulos y matices para materializar las características de las tomas como así también de los escenarios.
En sociedad con el director de fotografía Bojan Bazelli, en su estética y tonos es donde La cura siniestra se siente más cómoda y responde mejor ante el espectador. Sin embargo, el guion de Justin Haythe no estuvo a la altura de producir algo más directo y menos predecible, a pesar de contar con varios giros argumentales llegando al final del film pero poco fructíferos para compensar los 156 minutos de película.
Dane DeHaan (Amazing Spiderman 2 / 2014) soporta sobre sus hombros ser el protagonista principal de la película y encarna –otra vez- a un personaje conflictivo. DeHaan, siendo uno de los puntos fuertes, ejemplifica a La cura siniestra a la perfección: un confuso recorrido de comienzo a final donde las situaciones hilarantes ocurren una y otra vez, con explicaciones pasajeras y pocas efectivas.
La cura siniestra contaba con grandes expectativas de producir, en conjunto, un mejor producto: no tan desarticulado entre lo que fue el guion, la dirección y producción de la película. Un film donde se desaprovechó la idea del director por la falta de unidad para recrear una película justa, precisa y contundente, desperdiciada en las injustificables más de dos horas de duración.