La Morgue (The Autopsy of Jane Doe) promete sustos, investigación y misterios en los cines.
El dueño de una funeraria Brian Cox (The Carer – 2016) y su hijo Emile Hirsch (Lone Survivor – 2013), reciben por parte de la policía un extraño cadáver de una mujer sin saber poder visualizar ninguna causa de su muerte. Padre e hijo intentarán develar los misterios en torno a quién es esa mujer y como fue asesinada. Con un mínimo de personajes, un escenario reducido y sitiado, La Morgue prepara al espectador para una noche diferente, entre misterio, suspenso, terror y algunos sustos.
La Morgue (2016) indaga por un foco de vital relevancia en las investigaciones policíacas a las que no siempre se la profundiza en los thrillers y películas de suspenso: la del médico forense. En el film, se da rienda suelta a las acciones que desempeña este servicio-personaje de manera detalle y precisa a la vez que también presenta otro matiz, uno más detectivesco por elaborar una serie de hipótesis para dar en la clave de la causa de defunción de la persona.
La Morgue se desenvuelve sin problemas y mediante un hilo de tensión que nunca decae, a pesar de seguir típicos momentos cliché de las películas del género. Andre Øvredal (Trollhunter – 2010) optó por desarrollar de otra forma el argumento y su manera de llevarlo a cabo, jugando siempre con la racionalidad científica de lo que acontecía al cadáver de Jane Doe (Término que se utiliza para los cadaveres a los cuáles no se le conoce su identidad) y que al mismo tiempo las pruebas de autopsia que revelaban cosas que excedían a la ciencia y la razón. En su ambientación, La morgue utiliza de manera fehaciente los espacios y contextos para recrear climas intensos y llenos de suspenso, donde paulatinamente crecerá la desesperación y la angustia en el espectador como también en sus protagonistas.
Sin embargo, ciertas falencias en el guión dejaron expuestos interrogantes sin sentido o que eran innecesarios para su desarrollo. Sin ser del todo prolijo ni acertado, el guion de Ian B. Goldberg, Richard Naing pasa aceptablemente de buena manera todo el film, aunque quedó en el tintero un mal manejo del desenlace en momentos claves: el final es un claro ejemplo de esto.
La Morgue explota sus contextos desde un terror más de lo psicológico y relacionado a su entorno-atmósfera. En un reparto reducido a escasos personajes, Emile Hirsch y Brian Cox forman un buen dúo familiar como padre-hijo dueños de una funeraria. En esta ambivalencia se desenvuelve el film: entre buscar respuestas desde la experiencia y racionalidad de Cox y el escéptico Hirsch, el cual observa en cada cada paso o prueba que algo no es del todo correcto con ese cuerpo.
Así y todo, La Morgue (2016) dirigida por André Øvredal asusta por momentos y entretiene en una sincronía perfecta con su tiempo de duración de 86 minutos. Entendiendo sus limitaciones, atrapa y aterra por igual sin una propuesta demasiado rebuscada o fuera de los parámetros en los que se mueve el género.