¿Alcanza el gran presupuesto que tuvo Piratas del Caribe: La Venganza de Salazar para lograr que esté a la par de las primeras películas?
Esta semana se estrena a nivel mundial La Venganza de Salazar, la quinta película de la saga de Piratas del Caribe. El film reúne a viejos conocidos con personajes originales que forman parte de un nuevo comienzo en la franquicia. Pero aún con todos estos factores, son muy pocas las buenas nuevas que vienen con Piratas 5, una película que por momentos parece ser un refrito de la trilogía original.
Esta review contiene uno o dos spoilers de La Venganza de Salazar.
La Venganza de Salazar retoma la vida del Capitán Jack Sparrow años después de los eventos de Navegando Aguas Misteriosas. El film presenta la historia de tres personajes quienes emprenderán juntos la búsqueda del Tridente de Poseidón, un artefacto que le otorga el poder de controlar los mares a quién lo posea: Henry (Brenton Thwaites), que es el hijo de Will (Orlando Bloom) y Elizabeth (Keira Knightley) buscan a Jack para ayudarlo a encontrar el Tridente y rescatar a su padre de la maldición del Holandés Errante; Carina (Kaya Scodelario) es una astróloga que busca cumplir con la voluntad de su padre al descifrar el mapa que lleva al Tridente; y Jack, que es perseguido por un viejo némesis, Armando Salazar (Javier Bardem), quien junto a su tripulación fantasma escapó del Triángulo del Diablo y está determinado a asesinar a todos los piratas del mundo.
La Venganza de Salazar es una apuesta segura por parte de Disney, por no decir muy poco arriesgada. El film funciona como un nuevo punto de partida para la saga: uno de los directores declaró que este es “el comienzo del final de Piratas” y citó a La Maldición del Perla Negra como la principal inspiración del film. Aunque en comparación con Navegando Aguas Misteriosas volver a contar una historia clásica de Piratas no parece una mala idea (incluyendo cameos de los personajes de Bloom y Knightley), haber reciclado tantos elementos en este caso nos deja con un sabor a poco.
No debería sorprendernos que en la quinta película de una saga de Disney la fórmula pese demasiado por sobre el contenido. Los condimentos están ahí: Jack vuelve a ser tan irreverente, incorrecto y un ebrio como en las primeras entregas; hay un elemento sobrenatural que pesa sobre el destino de los personajes; las escenas de acción son excelentes y al final del día alguien es rescatado de una maldición horrenda.
La pregunta acá debería ser: ¿Es realmente divertida La Venganza de Salazar? Pues sí, aunque con ciertas condiciones. Cuando hace las cosas bien, resulta ser una muy buena película de aventuras, con grandes momentos de acción y una premisa que da ganas de ser desentramada. El film apunta a un público en particular, y el tono del humor (que a veces apela demasiado al slapstick) es correcto.
La producción del film es otro punto a favor: la primera escena de acción (una persecución por la ciudad que incluye un banco completo arrastrado por caballos) es maravillosa, y muchos de los efectos del film están muy bien realizados, incluyendo las coreografías de las batallas. La película no está sobrecargada y aunque algunas escenas de la película(particularmente del final) abusen del uso del CGI, uno puede entender lo que está viendo. Eso sí, si deciden verla en el cine, les recomendamos la versión en 2D, ya que el 3D no aporta demasiado a la experiencia y hasta la entorpece con la oscuridad de algunas escenas.
Hablando de los puntos a favor, Carina es tal vez la mejor incorporación de esta película: una mujer inteligente y audaz que logra separarse del personaje que Keira Knightley interpretara en la primera trilogía. Sobre todo porque es en la relación entre Carina y los piratas cuando se dan los mejores gags de la película (ella es la única persona que puede leer “el mapa que ningún hombre puede“, por citar un ejemplo). Junto a ella también se destaca Barbosa (Geoffrey Rush), quien se consagra aquí como uno de los mejores personaje de Piratas del Caribe.
Los puntos anteriores no descartan el hecho de que, cuando La Venganza de Salazar falla, deja a la luz su falta de originalidad. La trama, aunque interesante por momentos, cae en varios puntos comunes y a partir de la segunda mitad del film la misma se torna bastante predecible. Las intervenciones de Jack aburren, en particular porque hace exactamente lo mismo hace cinco películas y no demuestra ningún tipo de desarrollo: es verdad que esta es una de las características principales de Piratas, pero el personaje de Johnny Depp no trae nada nuevo, aún cuando esté interpretando a un pirata tosco y arrogante. Hay un pequeño flashback que nos cuenta sobre la relación entre Jack y Salazar, pero aporta muy poco. El personaje de Bardem es además totalmente olvidable aunque haya sido llevado adelante de una manera correcta.
La idea de reciclaje se extiende también a otros aspectos: la relación amorosa entra Carina y Henry (aún cuando ella se destaque por sí sola), emula la de Will y Elizabeth. O inclusive los nuevos enemigos de turno (la tripulación a cargo de Salazar) vuelven a ser no-muertos que cazan otros barcos piratas (aunque tengan motivaciones diferentes a los de La Maldición del Perla Negra).
En conclusión, La Venganza de Salazar es una buena película de aventuras que podría brillar más sino hubiésemos visto antes todo lo que nos ofrece; y es tal vez una que los fans de la saga puedan apreciar más que el resto de los espectadores. Con más películas por venir (atentos a la escena post créditos), sólo podemos esperar que Disney le busque la vuelta para entregarnos algo mejor a futuro. Porque como dice Salazar, “los muertos no pueden contar historias“, y mientras Jack Sparrow (o Johnny Depp) siga vivo, vamos a tener Piratas para rato.