Basada en la novela homónima escrita por Nicola Yoon (2015), “Everything, everything” llega Todo, Todo.
Todo, todo (2017) narra la historia de Madeline (Amandla Stenberg – As you are / 2016), una adolescente de 18 años que debe mantenerse encerrada en su hogar y protegida del mundo exterior ya que sufre una extraña enfermedad que la hace alérgica a todo, poniendo en peligro su vida al alejarse de su casa. En esto conoce a su nuevo vecino Olly (Nick Robinson – Jurassic World / 2015) que cambiará la forma en que mira al mundo y los límites que la acorralan.
Todo, todo se mueve y desarrolla por los límites marcados por sus protagonista y a medida que ellos los superan. La película puede pecar de ingenua y de ser predecible, pero indudablemente se basa en la química que existe y se manifiesta entre los protagonistas. Las diferencias entre ellos aparecen en pantalla desde los gestos hasta la paleta de colores para representarlos, algo clave para entender y visualizar las personalidades de cada uno.
Todo, todo cambia un poco el matiz de los clichés de las películas románticas para adolescentes cuando Madeline reflexiona sobre su condición y se deja llevar por su imaginación para encontrar o conocer lugares que en su realidad no podría llegar a ver. Propio de una película adolescente romántica, Todo, todo recorre esos momentos tan difíciles y adversos de descubrimiento y el primer amor bajo el contexto inusual en el cual Madeline tiene para desenvolverse. Sin embargo, la película no logra generar una emoción más intimista con el espectador porque su resolución y último acto caen en la obviedad y lo predecible.
Lo mejor de Todo, todo llega desde su fotografía y colores, otorgándoles a los protagonistas otras herramientas para explorar de manera diferente una historia conocida y utilizada en las novelas románticas como también en el cine. Ese elemento hace Todo, todo sea un film con algo más para ofrecer al espectador. El problema recae que es el único punto positivo que la diferencia del montón, cayendo en la monotonía con su guion y dirección.
El trabajo de Stella Meghie (Jean of the Joneses / 2016) en su segundo film como directora es eficaz para brindarle a la relación de ambos protagonistas una calidez diferente y especial, pero no llega a proponer algo más allá de esa simbiosis entre ellos. La película por sí sola no se mantiene y cae en momentos comunes y recurrentes en films del género. La guionista J. Mills Goodloe en ningún momento logra seducir al espectador por los diálogos en pantalla ni tampoco por la historia en sí, con giros argumentales predecibles desde el principio de la película y resoluciones igualmente de comunes y corrientes en cuanto a esta clase de género. Como este es el caso, no garantiza que un film sea un éxito la relevancia o importancia que tenga le producto en otro tipo de consumo, como en este caso se refiere a los libros y la lectura. Las adaptaciones siempre dejan por fuera del film momentos, personajes o situaciones que entorpezcan su reproducción en la gran pantalla, aunque se trate de no emitir momentos trascendentales.
Todo, todo no se abusa de los golpes bajos ni los conflictos familiares, aunque su error recae en utilizarlos en momentos donde no siguen al pie a la historia o de manera forzada. Al igual a la burbuja en la que vive su protagonista en el comienzo de la película, Meggie realiza lo mismo con ambos protagonistas y la película: son Nick Robinson y Amandla Stenberg quienes logran darle algo de vida a un film que carece de todo tipo de sentimiento real y madurez. Meggie tampoco logró una solvencia en pantalla ya que sus 96 minutos de duración se vuelven tediosos y lentos en ciertos momentos del film.
Todo, todo (2017) es una película con una propuesta diferente en cuanto a la relación entre los protagonistas pero que inevitablemente se vuelve monotemática, previsible y rutinaria, sin llegar a desenvolver el potencial que presenta en los primeros minutos de la cinta. Todo, todo, dirigida por Stella Meggie y protagonizada por Nick Robinson y Amandla Stenberg se estrena el 15 de junio de 2017.