Conocé Minit, una aventura que dura un minuto en este extenso análisis. Un peculiar título indie que con poco logra mucho.
Para los títulos AAA hacerse notar, para bien o para mal, es relativamente sencillo. Con el solo hecho de estar apadrinados bajo el emblema de grandes desarrolladoras y/o distribuidoras cuenta como la suficiente publicidad para llamar la atención dentro del ciclo de oferta y demanda en el mundo gamer.
Sin embargo, ¿cómo logran los títulos indies para captar la mirada de la prensa y los jugadores ante una descomunal cantidad de lanzamientos mensuales? No creo que exista una única respuesta, pero la definición que más cerca encuentro a esto es la de presentar una propuesta diferente y apostando a innovar en elementos ya jugados hasta el cansancio.
Bajo este contexto, Minit, desarrollado por Lots of ‘em y distribuido por Devolver Digital, es una aventura en 2d con más puzzles que enemigos pero que su elemento más llamativo es su contrarreloj permanente: cada 1 minuto nuestro protagonista muere y vuelve a comenzar, conservando todos los objetos recolectados y todas las modificaciones en el entorno.
60 segundos, una vida.
Una vez que conseguimos el primer objeto del juego, una espada, comienza un contador en la parte superior izquierda de nuestras pantallas que arranca desde los 60 segundos. Una vez que llega a cero, nuestro protagonista morirá sin importar que acción este realizando en ese momento; ya sea resolviendo un acertijo, hablando con alguien o matando un enemigo. El tiempo es el principal rival a vencer en esta aventura-rpg que calculó que 9/10 usuarios (la mayoría +25 me atrevo a conjeturar), han notado una gran similitud a The Legend of Zelda. No en la profundidad del juego sino en el concepto del mapa, la cámara cenital, los corazones como elemento de vitalidad y el movimiento/ataque de manera vertical y horizontal.
Si no fuera por este condicionante, Minit pasaría sin más como un título con algunas buenas virtudes pero sin nada que resalte dentro de sus recursos. Pero, ¿qué cambia morir cada 1 minuto si siempre nos quedamos con todo lo que obtenemos? Absolutamente todo, porque el mapa, por más que sea un tanto pequeño, está armado de manera milimétrica para que cada paso mal dado sea un error que nos costará volver a empezar.
Llevará varias muertes empezar a conocer un poco el terreno y algunos de los quest, principales y secundarios, que rodean. Lo positivo de Minit es que es simple en su propuesta pero compleja en su resolución. No podremos hacer todo de un tirón sino, más cuando nos abrimos paso por un territorio inhóspito. Habrá momentos en que daremos una gran cantidad de rodeos y sortearemos algunos obstáculos para solo conseguir una moneda o algún corazón extra que aumente la vida.
No quiero spoilear con ejemplos que ocurren dentro del juego porque la gracia que también hace a Minit es que descubramos nosotros mismo todo lo que esconde la aventura. Lo más destacable de su jugabilidad es que hay una nula frustración en torno a revivir constantemente, siempre queremos llegar un paso más lejos o descubrir un nuevo secreto.
La mayoría de las misiones están englobadas bajo el concepto de acción/consecuencia. Ayudar a una persona nos habilitará cierto objeto, que a su vez nos sirve para derrotar a un enemigo, que a su vez ofrece un nuevo camino para continuar. Memorizar el mapa y los lugares en donde necesitamos realizar una acción son clave para no dar vueltas sin sentido, muriendo cada un minuto.
Lo bueno, si breve, dos veces bueno
Minit va directo al hueso desde el comienzo y no se va con vueltas. Con el condicionante del tiempo constantemente, no es una aventura en donde nos podemos dar el lujo de explorar y vagar sin buscando todos los secretos. Es por esto que el juego puede resultar un tanto corto. Si bien su vida útil se puede exprimir por la buena cantidad de secretos y coleccionables (sumado a la posibilidad de New Game +, que reduce el tiempo a 40 segundos por vida y aumenta la dificultad), la partida puede durar como mucho un poco más de dos horas. Eso si contamos la inexperiencia de la primera vez. En cuanto volvamos a retomar una partida y sepamos medianamente el camino, podremos terminarla en menos de una hora y media.
Me hubiese gustado una mayor profundidad en el mapa y poder seguir explorando el juego bajo sus reglas. La dificultad de Minit se reduce básicamente a sus puzzles y el tiempo, porque los enemigos no son un gran desafío y su único boss es más una excusa para darle un broche final al juego que un impedimento para terminarlo.
Un viaje agradablemente monocromático
La sencillez de Minit también se aplica al plano audiovisual. Utilizando una paleta monocromática y unos gráficos muy sencillos con una estética minimalista muy de los juegos de la década del ’80 que va de la mano con lo que propone: con poco lograr mucho.
Conclusión
Minit es una de las propuestas indies más atractivas en lo que va del 2018. Su punto más flojo reside en su corta duración, pero dejando eso de lado estamos ante una propuesta con un desafió bastante peculiar con estos tiempos, con una buena cantidad de acertijos para resolver, siempre con el reloj contando en nuestras cabezas.