Reseña del vigésimo sexto tomo de la saga Clásicos de la Colección de Salvat Marvel – Doctor Strange: Una realidad separada por Steve Englehart y Frank Brunner.
Doctor Strange se enfrenta a Nightmare, The Undying Ones, Baron Mordo y varias bestias Lovecraftianas en una ciudad de Nueva Inglaterra, todo marcando el camino en vistas a la amenaza de Shuma-Gorath de la mano de un Steve Englehart que nos acerca una parte de su mítico run sobre el Hechicero supremo de Marvel.
En este nuevo volumen del apartado Clásicos de Marvel, vamos a toparnos con Steve Englehart, un escritor nacido en Indiana allá por 1947 y que supo destacarse en las dos grandes editoriales del mundo comiquero: Marvel y DC Comics. En la primera tuvo un glorioso paso por historias como Captain America o Avengers, mientras que en la vecina se destaca por sobre sus varios trabajos el realizado durante su etapa al frente de Caballero Oscuro.
Frank Brunner, por su parte, ha sido el ilustrador que acompañó a Englehart en este tomo y ha tenido su mejor momento allá por la década del ’70 en las páginas de La Casa de las ideas. Algunas de sus obras de aquellos años fueron en las páginas de Silver Surfer, Howard the Duck, Man Thing y justamente Doctor Strange, personaje que nos atañe en este momento.
Las primeras historias de este número (que comprende Marvel Premier 9 al 14, Doctor Strange (Vol. 2) 1 al 5) vieron al Doctor Strange utilizando su viejo disfraz de súper héroe con máscara y todo enfrentando a los enemigos como Nightmare, Night-crawler (también conocido como Dark Crawler) y Baron Mordo.
Por otro lado, tenemos también la narrativa que involucra a Starkesboro y Shuma-Gorath, la cual por momentos parecía excesivamente estirada, pero que termina repuntando sobre el final, una vez Englehart y Brunner terminaron de hacerse cargo del run.
No cabe duda que Steve Englehart escribe un gran Doctor Strange, y que esta tal vez sea una de las etapas más logradas por el autor. Mientras que Steve Ditko siempre será sinónimo de este personaje, Gene Colan y Frank Brunner están muy arriba en la escala, aunque no llegan al nivel de la leyenda recientemente fallecida.
Tal vez la mayor de las penas de esta historia es que Brunner no haya sido lo suficientemente rápido como para hacer un libro mensual por lo que su etapa al frente del personaje no ha durado tanto como se merecen sus trazos.