El manga de Gege Akutami, Jujutsu Kaisen, es animado magistralmente por MAPPA. ¿El resultado? Un brutal festival de acción fluida y personajes irreverentes.
Es sabido que la industria del anime está experimentando un auge a nivel mundial y este éxito tiene varios íconos más que claros. Shingeki no Kyojin, My Hero Academia y Kimetsu no Yaiba son algunas de esas series contemporáneas que han trascendido el nicho, convirtiéndose en verdaderos estandartes del género.
Sin embargo, con la temporada de anime Invierno 2021 ya finalizada, a esta tríada ganadora habría que sumarle otro nombre que ya hemos repetido mucho por aquí; el mejor anime de 2020 según Crunchyroll, el manga más vendido de los últimos 6 meses, la serie más vista en servicios de streaming en Japón. Sí, hablo de Jujutsu Kaisen, una de las franquicias niponas más populares del último año.

Jujutsu Kaisen fue adaptado al anime por el reconocido estudio MAPPA (Dororo, Inuyashiki, Shingeki no Kyojin: The Final Season). Dicha casa animadora ya nos tenía acostumbrados a cierto nivel de animación bastante respetable, incluyendo sus adaptaciones CGI, pero con Jujutsu Kaisen definitivamente alcanzaron otro escalón, se nota que tuvieron más tiempo para este proyecto.
MAPPA demostró que su estilo de animación tradicional puede no ser solo fluido, sino que también detallado y respetando los diseños de la obra original. Jujutsu Kaisen no pudo pedir mejor estudio para animar su historia, la que a pesar de no ser demasiado innovadora, funciona a la perfección para un shonen de acción donde las peleas deben ser pan de cada día.

La premisa de Jujutsu Kaisen: maldiciones y hechicería
La historia de Jujutsu Kaisen se ambienta en una sociedad contemporánea en la que existen las “maldiciones”, apariciones grotescas nacidas de la negatividad y perfidia humana. Para enfrentarlas existen los “hechiceros”, personas que manipulan la “energía maldita” para exorcizar estos males. No obstante, la existencia de estos fenómenos es un secreto para el común de la gente.
Al comienzo de la serie, el despreocupado protagonista Itadori Yuuji asiste a su escuela ignorando completamente esta realidad. Sin embargo, de un día para otro se ve arrastrado a este oscuro mundo luego de un encuentro fortuito con Fushiguro Megumi, un joven hechicero de su misma edad. Tras una serie de desafortunados acontecimientos, Yuuji termina siendo poseído por Sukuna, una aparición conocida como “El Rey de las Maldiciones”.
Todo esto sucede en el primer episodio y funciona como el enganche perfecto para el espectador. Muestran la fuerza descomunal de Sukuna y el potencial de Itadori como hechicero, pero también nos dejan la duda sobre el destino del protagonista tras haber absorbido un poder tan siniestro. Lo cierto es que esta incertidumbre dura bastante poco cuando entra en escena uno de los personajes más icónicos de la franquicia: Gojou Satoru, el hechicero más poderoso y simpático de toda la serie.

La fuerza de Gojou solo se equipara a la popularidad que tiene entre los fans de Jujutsu Kaisen, pero su fama no se debe solo a su faceta omnipotente, también es un personaje irreverente cuyos diálogos y acciones fuera de serie descolocan tanto al espectador como al resto de personajes. En definitiva, Satoru es un elemento que empuja la trama y junto a Itadori son las estrellas de Jujutsu Kaisen, cada vez que entran en escena están asegurados uno o dos momentos épicos de acción y/o comedia, pero esto no significa que no aparezcan más personajes interesantes a lo largo de las dos partes en las que se puede dividir la serie.
Primera parte: nuevos compañeros y la evolución del protagonista
Ya cuando Yuuji se transfiere a la Escuela de Hechicería, con Gojou como profesor y con Fushiguro siendo su compañero, aparecen más personajes para completar el elenco. Primero se les suma la presuntuosa Kugisaki Nobara (formando el trío protagónico de adolescentes), uniéndose más tarde estudiantes de cursos superiores y luego los integrantes de otra escuela de hechicería. Sin embargo, habiendo personajes secundarios de sobra, uno de los puntos de inflexión más altos de la serie se lo lleva el protagonista casi que en solitario, enfrentando a los verdaderos villanos de Jujutsu Kaisen: un grupo de maldiciones “inteligentes” que está conspirando en contra de los hechiceros.

En este contexto, Yuuji se ve envuelto en una situación que refleja la crueldad del mundo que hasta ahora había estado ignorando: las maldiciones matan gente y muchas veces son personas inocentes. Este hecho le hace hervir la sangre a Itadori y al presenciarlo de primera mano resulta en el detonante para que cambie la forma en la que hasta ahora se estaba aproximando a la hechicería.
Bajo la tutela de otro hechicero, Nanami Kento, Yuuji entiende que ellos deben ser incluso más despiadados que las maldiciones y esta máxima es la que precisamente define en gran parte lo que es Jujutsu Kaisen: los hechiceros son brutales, arrogantes y crueles cuando deben serlo. Tras estos hechos, Itadori no cambia mucho por fuera, pero por dentro lleva convicciones que lo harán evolucionar como personaje y eso se nota bastante durante el resto de la serie.

Segunda parte: combates multicolor y el peak de la serie
A pesar de que Yuuji y Gojou se roban la película, Jujutsu Kaisen le da espacio a sus personajes secundarios abrazando los recursos clásicos del shonen de peleas, aunque claro, aplicando uno que otro toque distintivo. Así es como pasando la mitad de la serie llegamos al típico enfrentamiento entre escuelas en el que cada estudiante tendrá su momento para brillar y contar su dramática historia.
Este arco podría haber sido un poco tedioso, pero el show avanza a buen ritmo, con combates rápidos, de variados estilos y sin detenerse demasiado a explicar detalles. En síntesis, es un festival de enfrentamientos en el que el sistema de habilidades de Jujutsu Kaisen arroja todo al sartén, resultando en un cruce de katanas, rayos láser, arcos y flechas, armas de fuego, combates mano a mano y hasta con el chipote chillón del Chapulín Colorado haciendo lo suyo. Por supuesto, todo bonito y colorido, cortesía de MAPPA.

El final de este arco es sin lugar a dudas el peak de la serie. Confluyen el crecimiento de Itadori, la omnipotencia de Gojou y la prolijidad de MAPPA, añadiendo además otro pintoresco personaje. Itadori se une a Todou, un estudiante de otra escuela, para enfrentar a una de esas mencionadas maldiciones “inteligentes”. El resultado es digno de ver para todo aquel que disfrute de la buena animación y los combates cuerpo a cuerpo, coronando con la aparición de Gojou para alardear una vez más de su poderío. Si alguien dudaba de que Jujutsu Kaisen fue el mejor estreno del año, después de este arco pues casi no hay espacio para discutir. Aquí les dejo un fragmento del mencionado encuentro gracias al canal Crunchyroll Collection.
Arco de cierre: equilibrando fuerzas de cara al futuro
De aquí hacia el final de la serie no hay mucho más que decir en términos generales. MAPPA no afloja y la música sigue siendo emocionante a la hora de la acción, pero el arco de cierre no se siente como uno de gran relevancia argumental. Eso sí, sirvió para darle un momento estelar a Nobara y a Megumi, que hasta ahora no habían podido demostrar todo su potencial dentro de la serie, sobre todo Nobara.
Fushiguro sorprende al dar un enorme salto como hechicero en un uno contra uno que podría haber sido fatal, mientras que Kugisaki hace un dúo perfecto con Yuuji para demostrar que su hechicería puede brillar como nunca en los momentos indicados. De esta forma termina la primera temporada de Jujutsu Kaisen, equiparando un poco la balanza de poder entre los protagonistas y dejando la puerta abierta para futuros encuentros en los que seguramente tendrán que demostrar aún más crecimiento.

Finalmente, ¿vale la pena ver Jujutsu Kaisen?
Jujutsu Kaisen es a fin de cuentas un anime sencillo, pero muy disfrutable gracias a que es complaciente con el espectador. Si el argumento sugiere que Itadori tiene potencial, pues te lo demuestra con un enfrentamiento en el que se luce y sorprende, si dicen que Gojou es el más fuerte, ahí va el guión y pone al albino a repartir palizas a domicilio. Si bien el argumento no es del todo predecible, no te da demasiadas opciones trágicas en las que pensar y finalmente todo sale bien para los protagonistas. Uno que otro spoiler del manga sugiere que la historia no se mantiene así, pero de principio a fin el anime no tranza con su complacencia.

Ser demasiado complaciente podría ser negativo, pero lo cierto es que para esta primera temporada de Jujutsu Kaisen esto juega a su favor. Le da al espectador lo que quiere ver y por si eso no fuese suficiente MAPPA se encarga de que cada momento significativo tenga el aire de relevancia necesario, sin descuidar tampoco los detalles en las escenas triviales. Combates fluidos y coloridos, brutalidad justiciera con sabor a maldad y personajes multifacéticos que no dejan de evolucionar, es quizás la mejor descripción de Jujutsu Kaisen. En definitiva, sí, vale la pena ver la serie y creo que es uno de los títulos de anime contemporáneo más recomendados, seas o no fanático del género.