Review del quinceavo tomo de la saga Clásicos de la Colección de Salvat Marvel: X-Men: El Ocaso de los mutantes.
Estamos ante una de esas historias clásicas de la familia mutante dónde nuevos miembros son introducidos. Batallas, colores, el debut de Havok y; y Polaris son algunas de las razones por las que X-Men: El Ocaso de los mutantes forma parte del compendio denominado Clásicos de la Colección de novelas gráficas de Marvel publicadas por Salvat.
Tal vez la mejor manera de hablar del Ocaso de los mutantes no sea como una novela gráfica, sino más bien como una recapitulación de issues. En estos números que abarcan del #50 al #59, nos encontramos con la impronta de varios guionistas así como también artistas de gran importancia.
Para empezar a hablar de este volumen tenemos que hablar de Arnold Drake, mejor conocido por la co-creación de los personajes de DC Comics Deadman y Doom Patrol, así como también fue parte importante de Marvel Comics dándole vida al grupo conocido como The Guardians of the Galaxy, entre otros.
También pasó por las páginas de este tomo Jim Steranko, quién se destacó en Marvel por sus trabajos en Nick Fury y Doctor Strange. Por último, Neal Adams colaboró en el arte del Ocaso de los mutantes. Adams es un destacado artista que tuvo un muy célebre paso por los cómics de Batman.
El mayor problema justamente de este tomo es probablemente la pluralidad de artistas que hay en él. Hay ocasiones donde contar con varias manos crean una muestra única y cuya heterogeneidad forma parte de lo que se quiere mostrar. Este no es el caso. El trabajo de Adams opaca en demasía lo hecho por artistas como Don Heck , Barry Windsor-Smith o Werner Roth, demostrando que o a uno le sobra inventiva o al resto le falta algo de chispa, al menos en esta historia.
Durante las páginas de esta historia, vemos a Cyclops tomar el rol de líder en los X-Men luego de la muerte del Profesor X. Aquí, para los que solo han visto las películas, tendrán algunos nombres conocidos. El gran problema de la historia se nos presenta con una versión actualizada de los centinelas, quienes vuelven a la caza de brujas mutantes gracias al hijo de su creador, Larry Trask, quien culpa a los X-Men por haber matado a su padre anteriormente.
Sin duda alguna, lo mejor que presenta esta aventura es a Alex Summers, el hermano menor de Cyclops, ese mutante tan correcto que siempre vimos. Durante el correr de la aventura, Alex irá descubriendo lo increiblemente poderoso que es hasta convertirse en Havok, un mutante con la capacidad de absorber la energía solar y la canaliza a través del cuerpo.
Si bien la historia no es de las mejores que se nos presentan, también la inclusión de Polaris, una de las hijas de Magneto, hace que valga la pena ser leída en base a la importancia que estos personajes tendrán en el futuro de la franquicia mutante.