Neill Blomkamp nos trae su tercer obra como director y, junto con ella, un sinfín de ilusiones. Y no es para menos, después de la nominada al Oscar Distrito 9 y la quizá no tan trascendente, pero buena en fin, Elysium, esperábamos del director una película de igual calidad o aún mayor. Chappie, que hoy se estrenó en los cines de Argentina, lamentablemente no cumple con los objetivos y ni siquiera se asemeja al nivel de las demás.
La trama se centra en un futuro no muy lejano, donde el crimen en el mundo es mucho mayor, y para combatirlo se han desarrollado fuerzas policiales robots. Deon (Dev Patel), envidiado por su competidor Vincent (Hugh Jackman), es el desarrollador de la tecnología que lo permite. No conforme con lo que ha creado lleva a su sistema de IA a la perfección creando una conciencia robótica humana, con sentimientos y todo lo que esto abarca. Aunque es rechazado por la encargada de la compañía (Sigourney Weaver), se lleva las partes necesarias para fabricarlo él mismo. Es ahí cuando el conflicto aparece, ya que el científico es secuestrado por unos narcotraficantes, quienes lo obligan a terminar su creación. Entonces aparece Chappie (Sharlto Copley). Algo así como un niño de hojalata que tiene que aprender todo, desde hablar hasta usar un arma. Veremos si los gangster Ninja y Yolandi (que sí, los miembros de la banda sudafricana Die Antwood usan sus nombres artísticos reales, en la película) logran educarlo bien.
Bueno, vamos al principal problema de la película. La narrativa puede dividirse en tres etapas: La inserción en la historia, la creación de Chappie y su interacción con los gangster y el desenlace (el robot en acción). Ahora qué esta mal, la película le dedica, aproximadamente, un 60% del tiempo total a la segunda etapa: Ver como el protagonista, hecho de metal, se mezcla con los narcotraficantes y poco a poco adopta su estilo de vida. Resulta entretenido al principio, no puede negarse, pero cuando ya alcanza la hora continua sobre lo mismo se vuelve un tanto tedioso. Más aún cuando la película toma un giro final para resolverse en 20 minutos.
Quizá un error de los guionistas al pensar que el material más fuerte de la película era la relación de Chappie con su “mami” y “papi”, pero que a veces, sumado a los temas constantes que suenan de fondo, llega a hacernos dudar de que el foco esté puesto en promocionar a Die Antwoord. Además, la pareja que cuida del particular androide se impone como protagonista por encima de Jackman y Patel, quienes actúan en un gran nivel como de costumbre, pero se opacan ante la sobreactuada performance de Ninja y la más que aceptable representación de Visser.
Dicho esto, el film del joven director sudafricano, se muestra como su peor entrega hasta el momento. Aceptable, para ver en familia y pasar el rato sin pensar demasiado, pero con grandes errores que no lo convierten en más que eso, lejos de ser una obra trascendental.
1 comentario
callate boludo, la pelicula es buenisima.