En 1967 se estreno una película que, aunque no quieras admitirlo, seguramente marco tu infancia. Hoy, a casi 50 años de su estreno, pudimos ver la nueva versión de “El Libro de la Selva” (Jungle Book) en live action, traída a nosotros nuevamente por Disney. Desde Geeky estuvimos en la premier y ahora te contamos que nos pareció.
No hace falta ser un gran conocedor para saber de qué va la historia, un bebe humano llamado Mowgli (Neel Sethi) es criado por una manda de Lobos en el medio de la selva, a medida que crece aumenta la controversia sobre si el niño debería o no pertenecer con los animales y así empieza la película.
Empecemos por el principio, el primer punto a favor es el elenco, todos grandes actores que la rompieron en sus papeles, entre las actuaciones de voz más destacables están la de Bill Murray como el oso Baloo y la del talentosísimo Ben Kingsley como Bagheera la pantera. Vale hacer una mención honorifica a la participación de Scarlett Johansson como la serpiente Kaa ya que, si bien es breve, está muy bien lograda.
Los efectos especiales son de otro planeta, tanto los ambientales como los de los personajes están logrados de diez puntos. La tecnología usada en los detalles de los animales es de la mejor que se ha visto hasta el momento en el cine y es, sin lugar a dudas, el punto más fuerte de la cinta. Sin embargo, y como único lado negativo de esto, todo parecía tan realista que resultaba extraño y hasta incomodo ver hablar a los animales, de todas maneras a los cinco minutos te acostumbras y pasa a ser un detalle.
La historia que nos cuentan es simple, pero tiene sus toques de gracia. Si bien la película es llevadera y para nada densa, algunos momentos pueden sentirse forzados o fuera de lugar, esto se debe al fuerte contraste que hay entre el film original en el que todo es colores y este otro que nos presenta una selva más oscura y fría. Sin ir más lejos, hay escenas tratadas con demasiada seriedad, tanta que las aleja de su esencia original. Por ejemplo, una de las mas famosas de la versión de 1967 sucede cuando el rey de los monos, Louie (Christopher Walken) le canta al pequeño protagonista la clásica “I wanna be like you”, en esta nueva versión, este personaje es mucho más tenebroso y plantea sus planes con seriedad, por eso cuando empieza a cantar resulta muy poco justificado y fuera de contexto, dando la impresión de que solo lo hacían para tener otra cosa más en común con el film del 67.
Hablando de eso, podemos destacar que el respeto que le tienen a la versión original es significativo en casi la totalidad de la trama, los cambios son pocos pero fundamentales, si viste la cinta original te vas a dar cuenta al toque. De esto no hay mucho que decir, la innovación es buena y nos aleja de ver las mismas cosas una y otra vez, además todos los cambios son viables y bien justificados dentro del arco argumental que se nos presenta.
La comedia en la película cae casi completamente en manos de Baloo que sin duda te va a sacar dos o tres carcajadas en el cine, si hubieran agregado mas bromas tampoco hubiera estado mal teniendo en cuanta que es una película para toda la familia pero consideramos que la cantidad que incluyeron fue la justa y necesaria. Las escenas de pelea son épicas, la calidad de los efectos y los planos que elijen para contarlas nos mantienen en el borde del asiento, con miedo ante la muy bien lograda ferocidad del antagonista, el tigre Shere Khaan (Idris Elba).
En general, la película es muy buena y te hace pasar un buen rato en el cine, su punto fuerte sin duda fueron los efectos especiales y su acompañamiento sonoro, logran que te sumerjas perdidamente en la selva durante los 105 minutos de film. La narrativa podría haber sido mejor, pero esto no le quita brillo al producto terminado.