Un pueblo maldito y un culto al terror psicológico. Silent Hill cumple 20 años, una saga bisagra del survival horror que se deslució con el paso de sus entregas.
Los últimos años del siglo XX fueron una época de oro para los Survival Horror. Capcom era en gran parte uno de los dueños del rubro, gracias a exponentes como Dino Crisis y la trilogía de Resident Evil, aprovechando el poder de los entornos en 3D (y los trucos de cámara) para ofrecer una experiencia tan adictiva en su jugabilidad como incómodamente terrorífica.
En menor medida, otros títulos como Alone in the Dark o Clock Tower también tenían su lugar en el género, dentro de una época donde las empresas solían arriesgar más y probar cosas nuevas. Bajo esta premisa, un 31 de enero pero de 1999 Konami sorprendía al mundo con Silent Hill, un survival horror que sería la piedra fundacional de una franquicia que se expandiría con títulos que superaron la entrega original y otras que bastardearon el nombre y le sacaron brillo a una saga tan oscura como atractiva.
Silent Hill partía de una premisa sumamente sencilla: después de accidente automovilístico en las cercanías de este aparente tranquilo pueblo, Harry Mason descubre que su hija Cheryl ha desaparecido, situación que lo lleva a adentrarse en Silent Hill para buscarla. Esto solo será el primer paso para iniciar un viaje retorcido, macabro e infernal, combatiendo una ola de criaturas infernales salidas de una mismísima pesadilla para cumplir su cometido.
La primera entrega de la saga tuvo puntos muy altos que todavía siguen siendo recordados. Por un lado, la posibilidad de recorrer todo Silent Hill en medio de una inncesante neblina, que reducía la visión considerablemente (un hermoso truco visual por parte de Konami para optimizar los gráficos). A su vez, escenarios estrictamente diseñados, llenos de puzzles muy bien logrados y que no se basaban únicamente en ir del punto A al B.
Si bien la ambientación se daba en gran parte a lo morboso de sus escenarios, el aspecto sonoro fue clave para el éxito de Silent Hill. No solo su banda sonora es perturbadora, sino que la utilización de la radio que aumentaba su estática cuando había enemigos cerca sigue siendo uno de los iconos más recordados.
2 años después llegó Silent Hill 2, a mi entender el mejor título de la saga y uno de los Survival Horror imprescindibles para los amantes del género. Esta segunda parte no era una secuela y nos presentaba un nuevo protagonista, James Surdenland, que llegaba a Silent Hill porque recibió una carta de su esposa diciendo que lo esperaba en la ciudad, con el particular detalle que había fallecido hace 3 años.
Esta segunda entrega mantiene todos los puntos altos del primer título pero le agrega una historia mucho más psicológica, que encaja de manera perfecta con la premisa de la saga. De yapa, también introduce a Pyramid Head, uno de los enemigos más bizarros y emblemáticos de la franquicia.
En 2003 llegó Silent Hill 3, aventura que conecta con los eventos de la historia de Harry Mason. Si bien peca de algunos errores y a esta altura perdió la frescura que había logrado en las dos primeras entregas, logra una de las mejores ambientaciones de la saga y logra ser audiovisualmente perturbador, aprovechando todo el potencial que ofrecía en esa época PlayStation 2 y PC.
Después de estas primeras entregas, comienza la debacle en la saga y es el punto de partida en donde Konami comienza a ir a la deriva. Un año después de SH 3 (con los riesgos que conlleva sacar entregas anuales), arriba Silent Hill 4: The Room, una suerte de spin-off que mezcla mecánicas en primera y tercera persona, anula casi por completo los puzzles, sacándole toda la esencia al juego y de yapa ubica geográficamente la historia en otro pueblo, sacando de eje absolutamente todo.
Tras esa prueba fallida, Konami trabajó por varios años en Silent Hill V, con el objetivo de estrenar, para PlayStation 3 y Xbox 360, un survival horror que logré causar el mismo impacto que la entrega de 1999. Sin embargo, el proyecto nunca vio la luz y en su lugar llegaron una serie de spin-off (Origins, Shattered Memories, Downpour y Book of Memories, este último solo para PS Vita).
La luz al final del túnel la vimos en 2014, cuando Hideo Kojima junto a Guillermo del Toro presentaron PT, el teaser jugable de lo que sería Silent Hills, entrega de la saga protagonizada por Norman Reedus (que ahora está trabajando en Death Stranding junto a Kojima). Lamentablemente, todo lo que queda de ese proyecto es esa terrorífica demo (que solo habita en los afortunados que pudieron descargarla en sus respectivas PlayStation 4), ya que el proyecto fue cancelado en 2015 por diferencias entre Konami y el desarrollador nipón, lo que también fue la gota que rebalsó el vaso para que el creador de Metal Gear Solid abandone la empresa.
¿Cuál es el futuro de Silent Hill? Claramente la franquicia no está muerta, estamos ante un universo demasiado rico y explorable para que, ya sea Konami u otra empresa que adquiera los derechos, no vuelva a trabajar en la marca. Es poco probable para esta generación, y a pesar de que no tengo certezas tampoco tengo dudas que Silent Hill regresará, más tarde que temprano, y esperemos que sea con la esencia que supo deleitarnos, hace 20 años.