Los rumores, que de concretarse alteraría el panorama de los medios a nivel mundial, sugieren que Fox ha ofrecido su brazo productor de cine y TV a Disney ¿Qué podría significar una compra de tal envergadura?
La cadena norteamericana CNBC sacudió internet el lunes publicando que según informantes fidedignos habrían existido negociaciones entre 21st Century Fox y Disney en torno a la venta del estudio de cine y televisión 20th Century Fox, así como canales de cable y otras partes del imperio de multimedio.
El calibre de la operación y de los activos en venta es tal que analistas estiman que el precio rondaría entre los 20 y 30 mil millones de dolares. Para poner en perspectiva, en las últimas décadas Disney compró Lucasfilm por 4.05 mil millones, Marvel por 4.24 mil millones y Pixar por 7.4 mil millones de dólares.
Las negociaciones entre los rivales tienen antecedentes, habiendo en 2001 Disney comprado la rama Fox Family Worldwide a 21st Century Fox por un importe de 2,9 mil millones de dólares (más 2,3 mil millones de dólares de deuda). Los televidentes argentinos de entre 20 o 30 años recordarán esta instancia como el momento en que Fox Kids se transformó en Jetix, y posteriormente en Disney XD.
De concretarse la compraventa, las consecuencias para los fans de la cultura pop son evidentes. De seguro todos dejamos correr alguna fantasía desbocada, con casting y fecha tentativa de estreno. En particular, yo entretuve el prospecto de las fases 4, 5 y 6 del MCU con Reed Richards deplazando a Tony Stark como figura central y Kang como enemigo a vencer en un hermoso enrriedo de viajes temporales y realidades alternativas (Quienes leen el sitio conocen mi debilidad por la Primera Familia).
Pero una operación financiera de tal envergadura tendría repercusiones que van más allá del Universo Marvel, e incluso por fuera de las pantallas de cine y televisión.
El universo cinemático completo y las propiedades intelectuales.
Queda claro que al primer lugar que la tentativa de Fox y Disney nos lleva es a la fantasía de ver a Wolverine, Spider-Man y Iron Man compartiendo la pantalla. Cayendo 20th Century Fox en la misma órbita que Marvel, los preciados derechos de adaptación de los X-Men, los 4 Fantásticos y todo un repertorio con miradas de personajes y lineas argumentales que hoy están fuera de alcance del Universo Cinemático Marvel estarían en las manos de Kevin Feige.
Esto no haría más que renovar al MCU y garantizarle otros 20 años de supremacía en la taquilla. Como fans, también garantizaría por fin una buena adaptación de la Primera Familia al cine, plegada al universo 616 del que son parte integral, así como un tan necesitado reboot de los agotados mutantes que Fox viene quemando hace rato.
En ese frente, abriría a preguntas acerca del destino de la linea televisiva mutante, que con éxito ha lanzado series como Legion o The Gifted ¿Se cruzaría David Haller con el agente Coulson? Acaso la pregunta más pertinente sería acerca del destino de los tan controversiales Inhumanos de las producciones audiovisuales de Marvel. Con los mutantes como una opción real ¿Cuánto tiempo de pantalla le quedaría a las pobres adaptaciones como Black Bolt y Medusa?
Pero las consecuencias no paran en las adaptaciones de las Casas de las Ideas, y son tantas que es difícil imaginarlas todas. Por ejemplo, Blue Sky Animation (La Era de Hielo, Rio), la pata animada de Fox, no tendría mucho lugar bajo el mismo techo que Pixar y Walt Disney Animation Studios ¿Se absorberían sus propiedades intelectuales y staff a la estructura de Disney? ¿Veríamos un reboot de La Era de Hielo, franquicia millonaria si las hay, realizada con el control de calidad que se asocia a John Lassater y su gente?
Otra área animada de Fox son sus series de televisión adultas, un clásico del domingo a la noche en Estados Unidos. En este caso, la incorporación de Los Simpsons, , Futurama, Rey de la Colina, Padre de Familia y sus spin-offs, le daría la entrada a Disney en el reino de la animación para adultos, un espacio en el cual nunca pudieron entrar hasta ahora.
En cuanto a Star Wars, incorporar el catálogo de Fox significaría que Disney podría disponer de la licencia de todas las producciones en existencia sobre la saga Skywalker. Hasta el día de hoy, Fox retiene los derechos de las primeras dos trilogías, las cuales distribuyó al momento de su estreno. La compra significaría, por ejemplo, que en 2020 apareciese en las bateas una inmensa y costosa caja de blu ray que comience con La Amenaza Fantasma y culmine con el todavía sin titular Episodio IX.
Por supuesto, todo lo descrito arriba se traduce también en una obscena cantidad de propiedades intelectuales que podrían ser incorporadas en la maquinaria de merchandising y parques temáticos de Disney. Si bien hoy los parques poseen atracciones de franquicias ajenas, como el mismo Avatar de Fox, no tener que pagar licencias a terceros incentivaría la expansión de nuevas áreas y juegos tematizados por productos que hoy están bajo la marca Fox.
Si bien al espectador de a pie como nosotros este ángulo mercantil parece una consecuencia más, en ojos de los accionistas podría ser el principal objetivo. Basta con mirar el informe de ganancias de The Walt Disney Company para el año pasado para ver dimensionar la envergadura de la riqueza generada. Mientas en 2016, los estudios cinematográficos generaron 9,441 mil millones de dólares, los “productos para consumidores” y videojuegos generaron 5,528 mil millones y los parques de atracciones 16,974 mil millones de dolares. Las películas son publicidades de los parques y la mercadería, y no viceversa.
Más allá del MCU
No debemos perder de vista que estamos hablando de dos empresas inmensas y multimillonarias. La ganancia neta de The Walt Disney Company de 55 mil millones de dolares en 2016 lo pone a la par del PBI de Uruguay en el mismo año. La compraventa, por ende, tendría ramificaciones que van más allá de nuestros superhéroes favoritos, e incluso del mundo del entretenimiento.
Los analistas rápidamente señalaron que la compra tiene sentido a la luz del plan de Disney de abandonar Netflix, y crear su propia plataforma de streaming hacia 2019. El catálogo de Fox, que incluye películas clásicas y modernas, series de televisión, canales como FX (Fargo, Louie, Legion, The Americans) y National Geographic, le habilitaría contenidos orientados a adultos que le están faltando. La especialista Laura Martin llamó a la operación directamente el plan de Disney para “asesinar Netflix”.
La compraventa multimillonaria se daría en el marco de un cambiante mundo de los medios. Ante el imparable dominio de nuevos jugadores como Google, Facebook y Netflix, las empresas más tradicionales de medios han respondido al cambio de época con fusiones titánicas. Mientras leen esto está por finalizarse la compra de Time Warner, dueños de Warner Bros. y DC pero también el tercer multimedio más gran del mundo, por el gigante norteamericano de las telecomunicaciones AT&T (el año pasado generó cuatro veces más dinero que Telefónica). No hace falta citar ejemplos de nuestro país, que han ocupado las tapas de diarios y segmentos de noticiero en lo que va del año.
En principio, estas fusiones de medios destruyen la competencia, y eventualmente la diversidad de opiniones y voces en circulación. Incluso desde el punto de vista del fan puede resultar contraproducente. Si estás entre quienes les desagrada como Disney maneja Marvel y Star Wars, se pueden imaginar que pasaría si también controlaran X-Men, Avatar, Alien, Depredador, Los Simpsons, etc. Todo estaría creado con el mismo molde, te guste o no.
Por eso mismo existen leyes antimonopolio creadas para evitar tales acumulaciones de una sola empresa en un área de la sociedad. Pero en las últimas décadas se ha visto visto la lectura cada vez más laxa de dichas leyes, sobre todo en Estados Unidos, presumiblemente ayudadas con unos cuantos dólares para relajar la consciencia de los legisladores.
Las consecuencias se escapan de lo económico y entran al campo de lo político. Esto queda más que claro en el caso de Fox, que según los analistas se desprendería de los estudios de cine y tv para concentrarse en “noticias” y deportes. Aunque uno asocia el nombre Fox con la fanfarria antes de las películas, 21st Century Fox es un multimedio inmenso que posee estudios de cine, de televisión, canales de noticias, documentales y deportes, así como periódicos e incluso cable operadores.
El dueño de Fox es Rupert Murdoch, un billonario australiano que se cuenta entre los hombres más poderosos y ricos del mundo. Su peso en el mundo anglosajón es considerable teniendo en cuenta que es dueño y CEO de Fox News, la cadena de noticias conservadoras más vista de USA y de Sky, el cable operador más grande de Gran Bretaña. También posee periódicos como el New York Post, el Wall Street Journal, The Sun y decenas más. No es exagerar en los Estados Unidos de Donald Trump decir que Murdoch es una de las personas marcando la agenda de noticias del mundo.
Por el otro lado, el CEO de Disney Bob Iger, quien guió a la Casa del Ratón en la última década de compras y crecimiento descomunal, está en proceso de retirarse y se rumorea su candidatura a presidente por el Partido Demócrata en 2020. Queda claro que acá esta en juego tanto más que el team up de Wolverine y Cap.
Si solo pudieramos llamar a los Avengers para que nos salven.