Se terminó el chiste. Ya no podemos decir que los juegos de Zelda no tienen nada que ver con el personaje. Según nuestro análisis, The Legend of Zelda: Echoes of Wisdom pone a la princesa homónima en el rol de guerrera hechicera en una aventura que nada tiene que envidiarle a las del valiente Link.
Nintendo va a exprimir los últimos años de Nintendo Switch hasta la última gota. No nos estamos quejando, y menos si lo hace de la mano de uno de sus hijos predilectos. 2024 nos ha traído pura franquicia triple A, y Zelda todavía tenía algo para decir luego de su rutilante éxito con Tears of the Kingdom en 2023. El multiverso de Link retomó la narrativa y estética de Link’s Awakening (el remake de Switch, claro está) y, para disimular el recauchutado gráfico, optó por darle protagonismo a la mismísima princesa Zelda. Huelga decir que existieron pequeñas incursiones previas donde la figura que da nombre a la saga era un personaje jugable, pero ninguna tuvo la trascendencia de esta nueva entrega titulada The Legend of Zelda™: Echoes of Wisdom.
La jugada no fue azarosa. El salto al proscenio de la princesa del reino champiñón con Princess Peach: Showtime! no fue un desacierto. Hay un potencial indiscutible en darle protagonismo a las habitualmente damiselas en peligro, y Zelda ya venía reclamando hace tiempo un rol mayor en las aventuras de Hyrule. Revertir esta ecuación ya es algo recurrente en muchas de las grandes franquicias, por lo que la apuesta tenía potencial hace rato. Ahora bien, no hay ganancia si las cosas no se hacen bien. Veamos qué ocurre con este exclusivo de Nintendo Switch, y cuánto promete para el futuro de Zelda como la figura jugable dentro de la saga.
El Hyrule de siempre, desde otro punto de vista
Cual traspaso de la antorcha, la historia nos ubica ingeniosamente en el epílogo de una aventura del bienamado Link. Sin dilación y en un comienzo un tanto cinematográfico in media res, el espadachín recorre una mazmorra en búsqueda de su sempiterna damisela en peligro. A modo de tutorial, repasamos brevemente los comandos del avezado caballero, dotado de su hierro, arco y arsenal explosivo como contraste de lo que vendrá. Con aplomo, el juego nos pone en un lugar común para luego llevarnos a otro. Cómo es de sospechar, algo sale mal y Link apenas logra rescatar a Zelda, siendo engullido por un universo paralelo en una grieta, una suerte de mundo al revés (o upside down). Lo que le sigue es el cambio de foco a la princesa Zelda, carente de armas, poderes (de momento) y un propósito. La grieta no hace más que avanzar sobre su reino, poniendo en contra de la protagonista a buena parte de sus aliados.
Eventualmente, Zelda es encarcelada por su propio padre, sol del reino. Aquí es cuando conoce a una pequeña estela de nombre Tri (quizás uno de los lugares comunes menos interesantes de este universo de princesas aliadas por estrellas tiernas) que le otorga un cetro mágico capaz de copiar objetos a gusto y piacere de la portadora del báculo. Su misión de aquí en más será restaurar la paz en el reino, terminar con las grietas interuniversales y rescatar al curioso espadachín rubio que fue en su auxilio en primer lugar. En el camino, diversos aliados conocidos por cualquier amante de la franquicia harán su aparición, y Zelda deberá rescatar tanto a nuevos como viejos amigos mientras desarrolla su poder. En otras palabras, la misma fórmula de siempre (aquella que sigue dando alegrías al día de la fecha) desde una nueva perspectiva.
El mismo juego, distinta jugabilidad
Nintendo ha sabido reciclar sus éxitos mezclando un poco los elementos para sorprender el jugador. Así como Bowser’s Fury reciclo todo el trabajo de Super Mario 3DS para darnos una nueva aventura, The Legend of Zelda™: Echoes of Wisdom es en esencia Link’s Awakening desde el punto de vista de la princesa. Esto es mucho más que un mapa de bits (sprite) de un personaje femenino. Como si se tratara de un rom hack fatto in casa, Nintendo dio vuelta la aclamada aventura de Super Nintendo (remasterizada para Switch) con la premisa una jugabilidad diferente. Las peleas con espadas se redujeron a un mínimo indispensable (introduciendo a Link fantasmagóricamente, para aquellos que no conciben un Zelda sin el guerrero de cabellos dorados), la magia cobró fuerza, y con ella, los rompecabezas ligeramente abiertos. En otras palabras, el poder de replicar objetos de la princesa Zelda nos obliga a resolver pequeños acertijos para atravesar mapas, realizar misiones secundarias y principales, e interactuar con un entorno conocido de manera novedosa y atractiva. Esto es fascinante en tanto exploración, aunque desluce levemente en las batallas.
Sin demoras, The Legend of Zelda™: Echoes of Wisdom No desperdicia tiempo en explicar la jugabilidad sin dejar afuera a novatos. El pequeño demo a cargo de Link introduce al universo a los ajenos para luego dar paso a la historia de la joven hija de la monarquía Hyrule. Así, con el cetro de Tri en mano, el jugador dispone de una biblioteca de objetos en constante crecimiento que la protagonista puede reproducir en cualquier momento. Mesas, trampolines, o hasta pequeños villanos pueden ser creados por Zelda, con pequeñas condiciones como la cantidad de elementos que puede coexistir a la vez según la cantidad de poder necesaria para materializarlos. A su vez, la presencia de Tri le permite a la hechicera manipular determinados objetos del mapa, diferentes atributos que invitan al jugador a interactuar con todo lo que sucede alrededor. Como si usaramos un tablero para otro juego de mesa, Nintendo ejercitó su pensamiento lateral para transformar un viejo conocido en un nuevo desafío apto para todo público.
Otra vez sopa de Link’s Awakening
El otoño de la Nintendo Switch deviene en invierno lentamente en su motor gráfico. Las afables caricaturas empiezan a mostrar sus superficies ríspidas y pixeles cada vez más visibles. No nos malinterpreten: nos encanta el diseño de The Legend of Zelda™: Echoes of Wisdom, pero el desfasaje de Nitendo con sus competidores ya es demasiado evidente, y los dibujos de los personajes más queridos por la empresa japonesa empiezan a pedir un cambio. La calidad del trabajo, pero la limitación técnica comienza a mostrar los hilos, y no hay propuesta visual nostálgica que pueda disimularlo. Todo lo que esta entrega hace bien en jugabilidad e historia se desluce un poco en la gráfica. Nada que no permita disfrutar del juego, pero un llamadito de atención para Nintendo y sus intentos de darle sobrevida a la Switch.
En contraste, la partitutra orquestal es inobjetable. Los inconfundibles compases de la saga ahora ilustran las aventuras de la figura que da nombre a la historia, y los trazos finos con cuerdas y vientos de madera proporcionan una cargada ambientación a cada uno de los calabozos, pueblos, castillos y diversos espacios en los que se suceden en la trama. La música rara vez falla en estas entregas, y por supuesto, The Legend of Zelda™: Echoes of Wisdom cumple con creces, ilustrando los bellos paisajes audiovisuales del medioevo fantástico que ya peina más de tres décadas. Además, a favor y en contra del reciclaje de Link’s Awakening, las cortinas musicales tienen ese balance ya logrado entre una estética caricaturesca y una aventura épica en un universo fantástico.
¿Logra Zelda reclamar su propio título? Nuestra opinión sobre The Legend of Zelda™: Echoes of Wisdom
Nintendo hace rato que le encontró la vuelta al famoso “fórmula ganadora no se toca” para convertirlo en “se cambia lo justo y necesario”. Con los elementos de siempre, logra, con mayor o menor éxito, un producto nuevo con sus franqucias predilectas. The Legend of Zelda™: Echoes of Wisdom estás más del lado de los aciertos con este refrescante RPG que se siente levemente diferente, pero genera la familiaridad de siempre. Ese balance es lo más logrado, aportándole novedad a la viejo y querida saga y abriendo la cancha para que Zelda pueda aportar otro enfoque sin copiar la ya conocida y adorada jugabilidad del protagonista tradicional. Sea este o no el nacimiento de un spin-off estable, la primera entrega es, sin duda, una incursión en la dirección correcta.
Dicho eso, las hoy limitaciones técnicas de la Nintendo Switch y el nuevo ejercicio de reutilización de un ya aclamado juego se hacen notar. Esto no ocurre al punto de quitarle encanto e interés al juego en sí, y se nota ante todo un esfuerzo de pensamiento lateral para que lo ya conocido se transforme en algo prácticamente nuevo. Sin embargo, la vara es alta para cualquier aventura del reino de Hyrule, y es sabido que Nintendo es capaz de mucho más, por lo que no se le pueden dejar pasar estas cuestiones. Hechas las aclaraciones pertinentes, hasta el invierno de la Switch sigue dando que hablar, y The Legend of Zelda™: Echoes of Wisdom augura un futuro promisorio para la franquicia mientras esperamos ansiosamente la siguiente generación de consolas de la compañía de Mario. Si el multiverso de Zelda goza de buena salud gracias a Zelda: Breath of the Wild y su innovadora propuesta, este pequeño y encantador juego nos recuerda que todavía hay mucho por contar desde esta estética que consagró hace años a Link y que hoy restituye a Zelda como una de las protagonistas indiscutidas de su propia saga.
The Legend of Zelda™: Echoes of Wisdom destaca por encontrarle una vuelta nueva a una aventura ya contada. La protagonista recorre un mundo conocido desde otra perspectiva, y el jugador interactúa con el entorno de formas novedosas. Aun si los gráficos empiezan a dar señales de edad, la historia goza de encanto y la jugabilidad es lo suficientemente atrapante para recorrer cada rincón de Hyrule y probar los poderes mágicos de la redimida princesa Zelda.