Luego de besar la lona en la edición 2020, WWE 2K22 redefine su fórmula cambiando su jugabilidad y ofreciendo una amplia diversidad de contenidos.
Los últimos años de WWE en el mundo de los videojuegos fueron la crónica de una muerte anunciada. Desde 2015 2k no había encontrado la forma de actualizar la fórmula de sus lanzamientos anuales, con una jugabilidad cada vez menos eficiente y un rendimiento audiovisual que tenía las costuras cada vez más grandes.
La gota que rebalsó el vaso fue WWE 2K20. Lanzado a finales de 2019, la pobreza técnica del juego sumado a la ola de bugs en su lanzamiento lo mandaron a la tumba como si se tratase de una técnica de Undertaker. Para no repetir este fracaso, la desarrolladora suspendió el lanzamiento de la edición ’21 y en su lugar salieron con WWE Battlegrounds, una propuesta que abandonó por completo las ostenciones de realismo y ofreció una propuesta 100% arcade.
A 2 años y medio de besar la lona, WWE 2K22 es un celebrado regreso para la franquicia. Este revival se asienta en modificaciones claras en su jugabilidad, volcándose más a una performance ligada a dar esa sensación de entretenimiento deportivo, y una amplitud de modos de juego, con un gran hincapié en mimar a los fanáticos de la WWE con una mayor profundización en ciertas aristas que le suman una enorme cuota de realismo a la propuesta.
Entretenimiento de punta a punta
Antes de que puedas configurar un ápice en WWE 2K22, el juego te invita a hacer un tutorial para mostrar de forma práctica los grandes cambios que veremos arriba del ring. Esta nueva entrega rediseña su jugabilidad por completo, para darle un mayor énfasis a la espectacularidad.
Sin abandonar de todo esa intención de ser un simulador real de las peleas, WWE 2K22 diferencia de forma más integral los estilos de combate a través de combos de golpes (livianos y fuertes) y agarres mejor elaborados, incluyendo ahora no solo la posibilidad de hacer reversal para contraatacar sino también bloquearse de los golpes que recibimos. La parte defensiva también suma nuevos añadidos, como la posibilidad de interrumpir en medio de una sucesión de murra del contricante para intentar inclinar la balanza a nuestro favor.
Los ajustes también están implementados en las barras de stamina y la resistencia de los personajes. El resultado es una propuesta mucho más dinámica, donde los combates no se vuelven a veces eternos y tediosos. Esa sensación de perder el control de un combate por un mal movimiento le imprime un vértigo más acertado a la propuesta, que va a tono también a lo que busca transmitir la WWE en la vida real.
Este contexto se ve complementado por todo el show y la espectacularidad de la ambientación que acompaña las peleas y el roster de luchadores, las estrellas indiscutidas de toda la entrega. En esta oportunidad, hay una variedad más amplia entre las grandes figuras, promesas de NXT y las leyendas, comandadas por las ediciones deluxe a cargo de NWO (que con el reciente fallecimiento de Scott Hall tiene otro impacto). ¿Ausencias? Salvo Daniel Bryan – que se desvinculó el año pasado – no hay luchadores que brillen por su ausencia, y 2k reveló hace poco una enorme cantidad de peleadores que se sumarán en packs de expansión.
Uno de los grandes problemas que arrastraban los anteriores WWE era el desgaste general de una jugabilidad que no pivoteaba de forma sideral y un intento de buscar una suerte de simulación para generar peleas que parecían luchas de PPV interminables, sacándole mucha frescura a la propuesta. WWE 2K22, sin ser perfecto, pega un volantazo en la dirección correcta: el realismo de los personajes se palpa en los movimientos, pero la dinámica de las batallas apuestan al lujo y la espectacularidad, y ese mix le sienta muy bien.
Otra de las cartas ganadoras de WWE 2K22 radica en la amplitud notoria de sus modos de juego, incluso en los que pasamos más tiempo gestionando que arriba del ring.
Rey Mysterio es el protagonista del modo Showcase de este año. Un repaso por todo su legado a través de sus luchas más memorables, narradas por el propio personaje, desde sus inicios luchando sin cuartel contra Eddie Guerrero y el legado de México en la lucha libre profesional, o sus grandes rivalidades con JBL, Samoa Joe, Shawn Michaels o la recordada traición de Batista.
Es un modo que impacta más por la historia que cuenta Mysterio que por lo que ofrecen los combates. Una serie de peleas que piden objetivos específicos mientras hay transiciones con cinemáticas del combate real. El problema es que la partida no avanza hasta que cumplimos el objetivo específico (un remate, golpe determinado o una forma de direccionar al rival), algo que termina monotizando la propuesta y, por si fuera poco, tendremos que reiniciarla por completo si llegamos a perder.
La cosa comienza a tomar otro tono cuando saltamos a MyRise, el modo “Carrera” si lo podemos llamar de alguna forma y que es una de las figuras repetidas de ediciones anteriores. Esta arista permite crearnos un luchador y hacernos un lugar dentro de la industria del Wrestling. Los aciertos acá, son un montón, y casi todos ellos están ligados a la enorme cantidad de cosas que tenemos disponibles para moldear la carrera del personaje.
Empezando por nuestro origen, nuestro estilo de pelea, la relación con los directivos, la forma de deselvolvernos con un micrófono en la mano y la forma en la que nos autorepresentamos para escalar en la categoría que elijamos. Los caminos que podemos tomar se van ramificando en bifurcaciones. Todo esto se va desarrollando a través de una serie de “tareas/misiones” durante nuestra evolución en la WWE.
El gran problema de MyRise no reside en la frescura de sus contenidos ni en el vínculo con las superestrellas, sino en un problema que 2K también acarrea en sus otras franquicias como NBA 2K22: una experiencia de usuario bastante insatisfactoria. Menúes engorrosos con desplazamientos lentos, un hub incomodo para trasladarnos y usar al personaje para interactuar con otros personajes se vuelve a veces un tanto frustrante.
No sabemos si 2k va a seguir con el control de WWE en el futuro – todo indica que pasa a manos de EA – pero este tipo de inconvenientes entorpecen la experiencias, y a veces menos es más.
La frutilla del postre, y en donde pase la mayoría de las horas para realizar este análisis, fue en MyGM, uno de los mejores modos que pudo haber incorporado WWE y realmente uno de los principales aciertos de esta entrega. En líneas generales, MyGm nos propone tomar el control de uno de los manager conocidos: Stephanie o Shane McMahon, William Regal – o incluso crearnos nuestro propio manager -, y tomar el control de una de las 4 marcas actuales de la WWE (RAW, SmackDown, NXT y NXT UK), con un objetivo claro: llevar a los luchadores de tu marca al estrellato en Wrestlemania.
La gestión de la partida es total. Comenzaremos eligiendo una rivalidad con cualquiera de las 3 marcas que no elegimos (solo rivalizaremos con una y el resto se descarta) para luego pasar al draft y elegir a nuestro roster de luchadores. Acá no solo influye la calidad del luchador arriba del ring, sino que su estilo de combate y carisma entra como factores relevantes, ya que evaluarán nuestra performance dependiendo cómo tome el público el desarrollo de los programas.
Las decisiones no solo pasas por elegir locaciones para los programas, la utilería y el line up de las peleas, sino que también tenemos que cuidar la salud de los luchadores y crear rivalidades entre ellos. Es una propuesta muy inmersiva, con una mayor cuota de disfrute para los fans ya que hay mucho realismo es las decisiones que tomemos. Por ejemplo, en una de mis partidas tenía en mi roster tanto a John Cena como The Rock, y los hice pelear entre ellos en una pelea singular común en RAW. El público no solo abucheó el resultado, sino que después recibí un reto por parte de Triple HHH por enfrentar a dos íconos en una lucha de ribetes menores.
Otro de los agregados es MyFaction, esa apuesta por dar una vertiente online más robusta y a la que 2K nunca le pudo sacar el jugo. Emulando a los exponentes en juegos deportivos, My Faction nos permite gestionar nuestro propia facción y competir en diferentes eventos, para sumar reputación, upgradear a los luchadores y escalar en los rankings. El tiempo que le dediqué para escribir estas líneas me dio la sensación que la falta de contenidos puede ser un atenuante en comparación al resto de elementos que ofrece el juego, pero si mantienen activa a la comunidad (emparejando con lo que sucede semana a semana con la programación de la WWE) puede ser una buena opción para medirse contra rivales de todo el mundo.
Como pueden ver en las imágenes y videos compartidos en este análisis, a nivel audiovisual 2K puso énfasis en trabajar el modelado de los personajes pero a nivel técnico el resto de los elementos sigue quedando en el debe. Es importante que se haya re trabajado a fondo la jugabilidad, pero la inmersión también se consolida con un apartado audiviosual a la altura de 2022. Sin ir más lejos, y comparando una vez más con NBA 2K22, la desarrolladora tiene los elementos para dar el salto de calidad que debe conseguir la franquicia para próximas ediciones, probablemente cuando ya sea exclusivo para la actual generación de consolas.
Conclusiones
Con un renovado apartado jugable, un roster plagado de figuras y jovenes promesas, y una bestialidad de modos de juego con centenares de horas garantizadas, WWE 2K22 es el regreso que la franquicia necesitaba. No tiene todavía las armas para ir con el cinturón de campeones dentro del género deportivo y llegar a una escala más mainstream, pero la franquicia encontró un camino y ahora necesita ir en esta dirección.
Las peleas vuelven a tener ese encanto especial y la personalización de cada uno de sus elementos permite que le demos nuestro toque a cada paso que damos en el juego. El show está listo y ahora solo queda brillar; si este es el final de 2k con WWE, al menos nos dio una lucha de retiro digna de recordar.