Llega a las pantallas de Argentina la última película fantástica infantil de Steven Spielberg, El Buen Amigo Gigante, y ya tenemos toda la data para vos.
El punto fuerte de Steven Spielberg siempre fue el impacto visual que tiene para transportar al espectador por un rato usando personajes y territorios asombrosamente elaborados, y El Buen Amigo Gigante no es la excepción.
La historia arranca cuando una huérfana, Sophie (Ruby Barnhill), se despierta por la noche para ver una enorme figura encapuchada (Mark Rylance) afuera de su ventana. Acto seguido, ese gigantesco personaje la secuestra para llevársela a la Tierra de Gigantes, donde la protagonista descubre que su captor sólo busca protegerla de sus abusivos compañeros devora-humanos, físicamente mucho más grandes que él. Es fácil sorprenderse con cada toma por la prolijidad con que integra efectos especiales e interpretaciones actorales. Desde tomas introductorias que nos muestran paisajes o personajes nuevos hasta situaciones de tensión o acción, la estética que se logra es marcadamente fantástica, algo exagerada y con momentos un poco asquerosos. El personaje del gigante resulta una simpática mezcla entre los dotes de Rylance y un excelente trabajo de maquillaje y efectos especiales, mientras que la desconocida Barnhill nos trae una heroína de a momentos insolente pero mayormente querible, y que sobre todo nos da pie para entender mejor como funciona la vida de BAG (El Buen Amigo Gigante), como lo llama.
Se pueden sentir dos partes claras de le peli: la primera que nos introduce al mundo del gigante y sus problemas, que es mas previsible y cercana a las estructuras tradicionales del cine. La segunda, en cambio, es un poco mas compleja al incorporar gente y lugares del mundo humano, sin que en ningún momento rompa con la coherencia de la realidad creada por Spielberg. Acá es cuando uno puede apreciar algunas apariciones cortas de la actriz Rebecca Hall y unos momentos de comedia muy al estilo inglés de la mano de Penelope Wilton.
La película está basada en una historia que el escritor Roald Dahl (autor de títulos como Charlie y la Fabrica de Chocolate, entre otros) le dedicó a su fallecida hija de ochos años. Probablemente por eso la historia original cuenta con elementos un poco más oscuros (de los cuales se pueden ver indicios en la película, si los buscamos) aunque éstos fueron suprimidos en pos de un clima mas familiar.
En conclusión, los efectos en El Buen Amigo Gigante son impecables y las puestas bellísimas, pero no logra darnos un momento realmente emotivo en el que podamos conectar con los personajes mas allá de las puestas en escena. Podemos decir que es entretenida y probablemente funcione para el público infantil al que apunta, pero se nota que tiene mas fichas puestas en su producción visual que en cualquier otro aspecto.