Varias historias se entrelazan en este oscuro drama de Netflix, con un reparto de lujo y un gran amor por los detalles, que podría haber evitado caer en algunos excesos.
Con la industria cinematográfica frenada y la mayoría de las salas de cine de todo el mundo cerradas al público, las plataformas de streaming acaban convirtiéndose en las casas de la mayoría de las grandes producciones del año. En este caso hablamos de The Devil All The Time (El Diablo a Todas Horas), la nueva película original de Netflix dispuesta a convertirse en uno de los productos más destacados de este 2020 que hasta ahora poco ha dado que hablar.
El director neoyorquino Antonio Campos, conocido principalmente por su trabajo en la serie The Sinner, se pone a la cabeza de este oscuro drama con tintes de thriller que cuenta con Tom Holland como protagonista y un reparto de lujo que sabe hacerle compañía durante las más de dos horas que dura el film en las que se cuece a un ritmo casi incesante una historia oscura y retorcida, que es capaz de mostrarnos lo peor de las personas y pegarle sin titubear al fanatismo por la religión.
The Devil All The Time sigue a varios personajes y sus historias, mientras poco a poco las va entrelazando. Tenemos a un policía corrupto, a una pareja de asesinos en serie, a un ex combatiente de la Segunda Guerra Mundial y a su hijo Arvin (Tom Holland), quien acaba convirtiéndose en el protagonista y en el eje de todo este cruce de caminos. Arvin es un joven a la que la vida lo ha castigado en exceso de su niñez, pero que aún así sigue adelante intentando buscar su rumbo en un mundo que parece no querer darle respiro como si supiera que su destino está escrito y que tarde o temprano todo acabará por equilibrarse.
En los últimos años el cine nos ha dado varias muestras de cómo se puede construir una película a partir de varias historias que acaban cruzándose, aunque lo más interesante de la propuesta de Antonio Campos es que lejos de contarlas de una en una y unirlas en el desenlace, acá las va hilvanando a la par dándole a cada una el tiempo justo como para que consigamos amar u odiar a los personajes que las protagonizan. Este manejo de los tiempos es clave para la efectividad del relato y notamos que el director lo ha hecho bien cuando, al explotar la trama, sentimos esa tensión propia de cada una de las escenas.
Otro de los elementos clave yace también en la construcción de estos personajes, con su evolución bien llevada gracias a un sólido guion, escrito por el propio Antonio junto a Paulo Campos. Los diálogos simples pero bien construidos se apoyan en un gran desempeño de un reparto de lujo, en el que únicamente palidece una exagerada y plática performance de Robert Pattinson. Bill Skarsgard, Eliza Scanlen, Riley Keough y Jason Clarke están increíbles comandados por un Tom Holland que reafirma porqué es uno de los interpretes más codiciados del momento.
The Devil All The Time es una película que pone muchísimo amor en los detalles, en esas pequeñas observaciones que suman muchísimo realismo a un relato que por momentos cuesta asimilar. Y cuesta asimilarlo porque el drama por momentos es excesivo: son demasiados los hechos trágicos que rodean al protagonista y sentimos que algunos se podrían haber evitado en favor de una historia más bajada a tierra. Aún así, incluso cuando en el nudo la película parece perderse un poco, el desenlace tiene tal potencia que acaba por hacernos olvidar estos desperfectos y sumergirnos en una sed de justicia.
Claro está que la propuesta de Netflix desagradará por completo a aquellos religiosos que no puedan tolerar una mirada crítica a la actualidad de su entidad, a los fanáticos y a quienes sacan provecho de la palabra santa. Porque Campos, de una forma descarada y sin tapujos, aprovecha cada una de las vertientes de la historia para dar un palazo a la religión y mostrar las miserias humanas que, en muchos casos, la rodean. Recurso que seguramente alejará a muchos espectadores y que le ganará más de una crítica negativa enmascarada por parte de los medios especializados.
El círculo inmersivo de The Devil All The Time termina de cerrarlo una gran ambientación de la época, llevándonos a esos poco amables pueblos del sur de los Estados Unidos que en este caso brillan aunque sea por sus paisajes, gracias a una gran fotografía concebida por el británico Lol Crawley quien hasta ahora se había desempeñado principalmente en cine independiente. También destacamos una buena banda musical que acompaña y creemos correcto el recurso del narrador, rol llevado a cabo por Donald Roy Pollock, el escritor de la novela que adapta la producción de la plataforma de streaming.
Concluyendo, The Devil All The Time es la desgarradora historia de un joven al que lo persiguen las desgracias, tal vez en exceso para ser lo suficientemente verosímil, pero que conduce por un camino que despierta una insaciable sed de justicia. A pesar de abusar de algunos recursos, Antonio Campos junto a Tom Holland construyen una sólida película con una gran ambientación y unos poderosos personajes de los que es prácticamente imposible escapar.