Jamie Foxx y Joseph Gordon-Levitt encabezan Project Power, la nueva producción original de Netflix que intenta aportar una mirada diferente al género de superhéroes.
Es una obviedad a esta altura afirmar que hay una sobreexplotación del género de superhéroes, pero sí es importante explayar que durante los últimos tiempos hubo una intención de patear el tablero con propuestas diferentes a los clásicos universos planteados por Marvel y DC Comics, referentes en el rubro.
Bajo este marco, Netflix estrena este viernes 14 de agosto Project Power, una película que tiene una premisa que roza el género pero apunta hacia otro costado. ¿Qué harías si tenés un superpoder por solo 5 minutos y encima esa habilidad es completamente aleatoria? Este planteo es el disparador de una historia que intenta no caer en los lugares comunes y con todo el valor de producción que le aporta el sello original de la plataforma de steaming.
Dirigida por Ariel Schulman y Henry Joost, Project Power busca el impacto constante. Por un lado con su elenco protagónico, comandado por Jamie Foxx y Joseph Gordon-Levitt y la joven Dominique Fishback, mientras que en segunda instancia no suelta el pie del acelerador en un segundo, para dinamizar un relato que tapa las incongruencias con sólidas escenas de acción y un poco de efectos especiales.
Toda la acción de la película transcurre en Nueva Orleans, una ciudad que desde hace varias semanas padece la distribución de una poderosa droga -que se consume como una pildora- que otorga la cualidad que destacamos al comienzo de esta nota. Por 5 minutos tenemos un superpoder completamente aleatorio: invisibilidad, super velocidad, aumento de fuerza, piel impenetrable, etc.
Lo impredecible de su efecto es su principal factor negativo, ya que, como lo explican en los primeros minutos del film, podés incluso explotar y morir instantáneamente. Sin embargo, la droga se esparce como pan caliente y la delincuencia en la ciudad se sale de control.
Después de esta introducción, Project Power decide narrar su historia desde 3 perspectivas diferentes. Por un lado, la dealer Robin (Dominique Fishback), una joven que se sumerge en el tráfico de drogas para poder ayudar económicamente a su mamá. En segunda instancia tenemos a Frank (Joseph Gordon-Levitt), un policía que, cansado de padecer la superación de los criminales sin poder hacer nada para detenerlos, decide equilibrar la balanza consumiendo la droga para frenar el delito.
La tercera cara, y quizás la más relevante para la trama, es Art (Jamie Foxx) un ex-militar que llega a Nueva Orleans buscando algunas respuestas sobre los responsables de esta droga, todo enmarcado en una cruzada de venganza que terminará involucrando a los 3 protagonistas.
Sin entrar en spoilers, Project Power una vez que estableció las piezas decide tirar a la cancha todo el repertorio de situaciones: experimentos científicos, conspiraciones, una corporación villana, ciencia ficción y muchas escenas de acción aprovechando los diferentes superpoderes que destila la película.
Dentro de los puntos más altos que tiene la historia es la química inmediata que tienen los protagonistas, especialmente entre Foxx y Gordon-Levitt. La joven Dominique Fishback se carga al hombro gran parte de los minutos en pantalla, pero el talento de la dupla de peso (y uno de los ganchos principales del film) es impecable y pondera gran parte de la trama.
La idea principal de la película es lo suficientemente original para atrapar desde los primeros minutos y rápidamente nos establece las reglas básicas de la trama. La idea de las habilidades por tiempo limitado le otorga una frescura diferente para mantener un entretenimiento constante, ya que esto se refleja también en la secuencias de acción, cuasi cronometradas para que muchas de ellas no duren más de lo que tarda la píldora en hacer efecto.
Si bien hay bastante diálogo, es algo bastante necesario para una película que busca explicar absolutamente todo, para no dejar nada librado al azar, incluso si eso termina rompiendo el ritmo que intenta llevar la historia. Las escenas de acción mantienen ese sello que viene cosechando Netflix en sus últimas producciones, quizás no al nivel que vimos en The Old Guard o Misión de Rescate, pero el componente sci-fi de las habilidades que otorgan la pastilla milagrosa están presentes.
Sin parecer una X-Men urbanizada, Project Power busca constantemente una identidad, algo que nos quede pegado en la retina cada vez que recordemos la película y más allá de todas las buenas intenciones no logra con su cometido. La película en sí es efectiva, con un trasfondo claro de los personajes y varios mensajes que intentan mostrar sus protagonistas, pero la verticalidad de la trama hace que todo suceda demasiado rápido.
Como si fuese una contradicción al título, en varios momentos a Project Power le falta poder, un impulso definitivo que rompa estructuras y termine de descolocar. Es una producción correcta, que tiene lo justo y necesario para aprobar pero que no tiene esa destilación necesaria para destacarse por sobre otros exponentes.