En la última edición de Crack Bang Boom tomamos mates y charlamos un ratito con Manuel Loza, uno de los autores más interesantes que entregó la historieta argentina en los últimos años.
Manuel Loza es historietista y docente en la Universidad Nacional de las Artes. Dueño de un estilo artístico muy definido y de una sensibilidad que caracteriza cada una de sus historias, el dibujante quilmeño logró darse a conocer en la historieta nacional con obras como Estrella Roja o Almer.
El año pasado fue uno de los invitados de la 8va edición del festival rosarino de historieta Crack Bang Boom, en donde se dio el lujo de compartir mesa con Frank Miller y Brian Azzarello. Allí también presentó Almer Definitivo, una versión ampliada y corregida de su obra más famosa, editada por Big Sur Colectivo Editorial.
– ¿Cómo arrancaste en la historieta?
“Yo leía muchas historietas de chico. Creo que un factor fundamental es que vivía muy lejos de colegio. A diferencia de mis amigos que vivían cerca del colegio, yo estaba solo en mi barrio, entonces leía y hacía muchas historietas. En el año 92 o 93 tenía 10 años e hice una historieta que se llamaba Beast-Man, un superhéroe que en esencia era Batman con los poderes de Superman. Fue algo bastante simpático.
Después seguí dibujando y eventualmente estudié con Oswald en el taller de historieta que él daba en la Escuela de Garaycochea. De ahí pasé a dibujar historietas con más ganas, con más conciencia. Cuando terminé el secundario empecé a estudiar en la Universidad Nacional de Arte, donde estudié pintura, dibujo, escultura. Después de haber pasado por todos esos lugares, cuando todavía estudiaba en la UNA, conocí a un par de locos que querían forman una editorial autogestiva; empezamos a cranear entre todos la idea y en el año 2008 o 2009 creamos una editorial que se llamaba Panxa.”
-Y ahí en Panxa es donde nace Almer, ¿no?
“Claro. En Panxa queríamos hacer libros, pero nadie tenía suficiente material para hacer algo de semejante extensión, entonces decidimos hacer una antología de cuentos cortos que se llamó Panxarama. Fue ahí donde empecé a publicar los cuentos de Almer, que eran todos autoconclusivos. Después de hacer los primeros 5 o 6 cuentos, se me ocurrió que si acomodaba algunas cosas podía hacer que todos esos cuentos se transformaran en algo que dé la sensación de ser una historia más larga.”
-Almer da la sensación de ser muy autobiográfico, ¿qué hay de vos en el personaje?
“Yo milité mucho tiempo en el Partido Comunista y eso a mí me hace ser una persona que tiene muy presente el espectro político, social y cultural de muchas situaciones. Me chocaba un poco hablar de un héroe de la época del feudalismo, entonces empecé a tirar ideas y de a poco Almer se empezó a convertir en un tipo con cierta sensibilidad social. Almer tiene mucho de mí. Cuando más empecé a quererlo fue cuando me di cuenta que el dibujo fue evolucionando y el personaje se fue transformando en un tipo petiso, narigón y sensible. Ahí como que empezó a caerme un poquito mejor.”
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Te definís como un tipo sensible y eso se nota mucho en tus redes sociales, en donde vemos emocionarte seguido por varias cosas. Una de ellas es la serie de Supergirl, ¿no?
“Supergirl es un caso muy lindo y me encanta hablar del tema. Es un caso tremendo porque en su primer temporada salió en un canal de aire, con muy poco presupuesto. No tiene los mejores efectos especiales y no será el personaje más popular de todos, pero para entender la serie necesitás estar abierto a emocionarte y escuchar lo que dicen los personajes desde un lugar muy sensible, casi del corazón. Ahí te das cuenta que es una de las mejores series del momento en cuanto a superhéroes, porque habla de temas importantes en un tono que no muchas series hablan.”
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¿Cuáles fueron y son tus principales influencias?
“Hay una influencia que jamás quiero perder que es la del tipo con el que estudié: Oswald. Él nos enseñó a dibujar la figura humana desde una perspectiva muy expresiva, casi de dibujo animado. Creo que eso se percibe cuando dibujo. Por otro lado, yo soy un lector de los 90 y me influenciaron mucho todos los dibujantes de la época. Uno de mis sueños es que traigan a Jon Bogdanove a alguna de las convenciones que se hacen acá en Argentina, ¡es mi Dios junto a Jack Kirby!”.
Actualmente estás trabajando en Estrella Roja, que se publica de forma digital a través del eZine de Loco Rabia, ¿de qué va la historia?
“Estrella Roja es una ópera espacial que involucra naves espaciales pero tiene más de duelos de honor que de ciencia ficción clásica. Es la historia de una revolución proletaria en un planeta dominado por un imperio espantoso. A Estrella Roja lo estamos publicando en formato webcomic y subiendo una tira por semana. Tengo la certeza de cuando termine, también va a salir en formato libro, pero para eso todavía faltan como dos años.”
¿Qué opinás del momento que está pasando la historieta nacional?
“Desde el lugar de la historieta argentina, venimos bien. Hay un montón de publicaciones nuevas en cada evento y las editoriales amplían cada vez más su catálogo. Por otro lado, personalmente tengo una mirada bastante depre en cuanto al futuro económico que nos depara con el actual Gobierno, que es muy parecido al de los 90. Mi miedo es que en medio de la celebración nos caiga un diciembre de 2001 y tengamos que apagar todas las máquinas otra vez.”
Igual la historieta siempre sobrevive o se transforma.
“Sí, esa es una seguridad que tengo. Estoy seguro de que jamás se va a dejar de producir, no importa en qué formato. Por ahora, mi rutina de todos los días es levantarme y dibujar un montón.”
¿Qué estás leyendo actualmente?
“Yo ahora venía leyendo en el micro El Resplandor de Stephen King. De historieta estoy muy enganchado con un recopilatorio que salió de Alack Sinner de Sampayo y Muñóz, ¡está buenísima!”
¿Qué te genera Crack Bang Boom?
“La mejor de todas las convenciones, no puedo creer estar como invitado en el evento que más quiero. Tengo un grupo de amigos muy federal y Crack Bang Boom nos permite estar todos juntos. Para colmo, este año nos trajeron a Frank Miller que es uno de los tipos que más admiro, ¡y encima fue mi cumpleaños! No le puedo pedir más a Crack Bang Boom.”