El director de Necronomicón, Marcelo Schapces, nos abrió las puertas de su productora para hablar sobre la película. Lovecraft, miedo sobrenatural y pasiones de la infancia.
“Me considero sin falsa modestia uno de los que más sabe sobre literatura, cine y comic fantástico en el país y debido a mi edad uno de los que más ha leído históricamente publicaciones, cuestiones, vinculadas a este tipo de cosas antes de que estos géneros se volvieran populares”, expresa Marcelo Schapces. Está afirmación, si uno no conoce al director y productor de 58 años podría resultar un tanto narcisista, mucho más con la frase que lanza a continuación, redoblando la apuesta: “Seguramente podría contestar un cuestionario sobre DC Comics, literatura fantástica y cine de terror sin equivocarme”.
Sin embargo, cuando uno comienza a hablar con Schapces y en la manera en que lo hace, rápidamente entendés que no lo dice por fanfarronear; a través de sus palabras emana un conocimiento tan profundo por la materia que por momentos es difícil de seguirle el ritmo.
Schapces se encuentra en plena post-producción de Necronomicón: El libro del infierno, basada en la historia de H. P. Lovecraft, uno de los escritores insignia de la literatura de terror. El cineasta es fanático de Lovecraft y del propio género desde su infancia, y durante toda su vida tuvo la intención de realizar una película basada en una de sus obras. Sin embargo, la vida lo fue llevando por distintos caminos, hasta que consideró que era el momento para hacerla.
¿Por qué llega ahora la película de Necronomicón? Schapces, con absoluta franqueza, explica que a veces los caminos que marca la vida lo llevaron a priorizar otras decisiones, pero siempre tuvo al terror presente, de algún modo u otro: “Junto al cine de terror tengo otras pasiones. Soy muy fan del fútbol, de River, del surrealismo y de la política. Pertenezco a una generación donde la política en un momento se puso por delante de otras cosas, me tuve que exiliar a los 20 años, volví y las cosas iban por un carril distinto, el cine iba por otro camino. (…) Vengo impregnado del cine de terror y de la literatura fantástica desde los 8 o 9 años ¿Por qué recién ahora? Porque las circunstancias de la vida son así, hacer cine no es fácil y porque yo soy de una generación en donde con mucha simpatía fui observando como la gente joven fue tomando el género de terror en el cine como algo con lo cual se podía jugar, que se podían hacer cosas”. Nunca es tarde, y menos en el mundo del séptimo arte, algo que él deja muy en claro: “Llegó, no se si de manera tardía, llegó finalmente cuando las cosas se ordenan de tal manera que ahora puedo yo dirigir mi propia película“.
¿El cine argentino de terror está atravesando su mejor momento? Es una pregunta un tanto compleja, pero Marcelo expresa que el género de terror ha evolucionado en la Argentina, principalmente durante los últimos 15 años, y las producciones que se vienen realizando son cada vez más elaboradas debido a que hay un público que acompaña. “Era algo que iba a suceder naturalmente. Durante muchos años el cine de terror argentino había quedado vinculado a 2 o 3 películas que eran terror en sí. Afortunadamente en los últimos 10 o 15 años a partir de una camada joven que hizo terror muy independiente se empezó a hacer algo con más de gore, con cosas de comedia en el medio y se empezó a acercar de a poco. También por una cuestión presupuestaria, es más difícil hacer una película seria de terror sin presupuesto. De a poco todo se fue profesionalizando en el buen sentido, se fue apostando por el género. (…) El público argentino le desconfía menos a la película de terror argentina que al cine nacional en general. Hay un crédito un poco mayor”, expresa Schapces. Necronomicón: El libro del infierno, es una película de terror que se propone el desafío de subir un escalón más de calidad. Hay un gran presupuesto, elenco y producción que apuesta por un género que viene en crecimiento.
¿Cómo comenzó el proyecto de Necronomicón? “Hace 5 años dije ‘ahora hagamos una película de terror’. Obviamente tenia que ser Lovecraft. El terror literario, el miedo, Lovecraft, todo eso es constitutivo mio”, explica Schapces, que tenía en la cabeza una idea madre para la película; sin embargo, delegó el trabajo de guión a Luciano Saracino y Ricardo Romero. El dúo de guionistas armó un trabajo en base a la mirada que Marcelo buscaba para el film: “Me di cuenta que no quería escribirlo yo, quería que tuviera una mirada bastante más de otra generación. Ambos le aportaron una mirada más acorde a los tiempos. Quería algo más moderno y por eso dejé el guión en manos de alguién más joven.
La sinopsis de Necronomicón: El libro del Infierno cuenta lo siguiente: “Dieter, un hombre sin edad, protege desde hace siglos al Necronomicón, el libro maldito, para que no sea abierto y conjurado, y así evitar que el Mal se adueñe del planeta. Un ejemplar del libro descansa, oculto, en la Biblioteca Nacional de Buenos Aires. La misteriosa muerte de Dieter lleva a Luis, un simple bibliotecario, a enfrentarse con las fuerzas que acechan al libro, mientras la ciudad parece corroída en un clima apocalíptico”.
Luego de charlar durante más de veinte minutos, la pregunta fue obligatoria; ¿Por qué hacer una película sobre el libro Necronomicón? “Yo sabía qué quería contar. Lovecraft había ubicado uno de los libros del Necronomicón en Buenos Aires, esa era la idea que me motivaba. Borges (él escrito argentino generó el mito urbano de que había fichado el libro de Necronomicón en la Biblioteca Nacional) contaba que realmente existia y con eso nadie hecho nada aca. Entonces, hay que hacer una historia del Necronomicón que está en Buenos Aires. Si Lovecraft nos legó esto hay que contarlo”, confiesa Schapces, como si te tratará de una deuda moral que tiene que saldar con uno de sus mentores literarios.
El libro del Necronomicón ha tenido pocas adaptaciones a la pantalla grande, pero la más recordada sin dudas es la trilogía de Evil Dead (con la posterior serie creada en 2015), dirigida por Sam Raimi, vinculada mucho más al gore y al cine de clase B. Schapces intenta separárse de ese sub género del terror y posiciona a Necronomicón: El libro del infierno en otra perspectiva. “La película que estamos haciendo tiene algo más que ver con En la boca del Miedo (In the Mouth of Madness, de John Carpenter), algo más sobre ese estilo. Es una película de miedo sobrenatural, no está exenta de algunos toques de humor un poco satíricos, no nos tomamos todo tan en serio pero básicamente es una película de miedo sobrenatural. Es una película para el sobresalto en el cine, para ese suspenso con ese sudor frío que te corre con esa espera y con un argumento que teniendo en el medio el Necronomicón y toda la cultura lovecraftiana hay un background muy grande que nosotros aprovechamos, obviamente porque hay toda una mitología detrás que explicamos un poco pero que no es necesario explicar tanto”.
¿Que elementos de la literatura de Lovecraft podremos identificar en la película? “En el universo lovecraftiano, no solo las adaptaciones, sino todo lo que está vinculado indirectamente, que eso incluye a Alien, cuanto menos se ha mostrado es donde mejor ha funcionado. Cuando se empezó a mostrar un poco más comenzó a perder el encanto. Nosotros trabajamos con el mismo concepto; Lovecraft es lo innombrable, lo indecible, lo indescriptible. Tanto Lovecraft como sus seguidores se han encargado de utilizar la mayor cantidad de adjetivación sobre lo que no puede nombrarse”, explica Schapces mientras revisamos uno de los ejemplares del Necronomicón que formaron parte de la utilería de la película. Más allá de que la intencionalidad de la película pueda pasar por jugar con la intriga del espectador, el director prometió que veremos muchas de las criaturas que forman parte del universo lovecraftiano, dejando “para el final lo que es más tentacular, más innombrable y tratando de crear alguna sorpresa y mostrar algo de todo ese caos reptante que tanto describe Lovecraft para hablar de Cthulhu“.
Necronomicón: El libro del infierno tiene un gran elenco encabezado por Diego Velázquez, y lo acompañan María Laura Cali, Victoria Maurette, Claudio Ferraro, Claudio Martínez Bel y Claudio Da Passano. Además tiene las participaciones especiales de Cecilia Rosetto, Daniel Fanego y Federico Luppi.
El dato curioso dentro de la composición del elenco es que Diego Velázquez no fue la primera opción al momento de elegir al actor que encarne a Luis, el protagonista del film, sino que el guión del personaje fue elaborada para que Luis Luque, amigo de toda la vida de Marcelo Schapces, tome el papel. Es más, hay un teaser estrenado en 2014 (que sigue boyando por internet) que lo tenía a Luque como protagonista, en lo que fue los primeros bocetos de la película.
¿Cómo llega Diego Velázquez a Necronomicón? “En una cierta medida son esos accidentes predeterminados. Por problemas de agenda y contratos Luis Luque no pudo formar parte de la película. Necesitaba a Luis casi todos los días de rodaje y se hizo imposible. De pronto me vi con que Luque no podía hacerla. Hace 4 años que veníamos hablando de la película y 3 meses antes de comenzar a filmar se bajó del proyecto“, explica Schapces mientras su celular suena constantemente, marcando claramente que las 24 horas del día está pendiente del desarrollo del film. Marcelo tenía claro que si Luque no formaba parte del elenco tenía que realizar a un “Luis muy distinto al que originalmente estuvo pensado”. Realmente fue una piedra bastante dura en el zapato para la producción de la película, pero es una posibilidad con la que un director tiene que estar preparado: “Todo es un gran contratiempo pero el cine esta lleno de ellos. El cine es la ética del contratiempo, y fue un enorme contratiempo”.
Rápidamente apareció el nombre de Diego Velázquez, a quién Schapces había podido ver en La larga noche de Francisco Sanctis, película en la que Velázquez realizó un papel que se amoldaba al perfil que estaba buscando Marcelo para su protagonista, “alguien que está en el momento inadecuado en el lugar inadecuado y le sucede algo que no está esperando”.
“Ahora puedo decir que el mejor Luis posible es el de Diego Velázquez, y seguro mi amigo Luis Luque lo entiende. No es alguien reemplazando su personaje, reescribimos algunas escenas para que cuadrará la personalidad de Diego”.
¿Estás realizando la película que esperabas o supera tus expectativas? “No estoy conforme del todo, la disconformidad pasa porque siempre uno está disconforme con algo y el cine es la puesta en acto de la voluntad de lo posible. Está bueno pedir lo imposible pero después lo imposible no se puede filmar. Filmás lo que podés en el momento determinado que tenés que hacerlo; como las excusas no se filman tampoco el producto que está. Yo estoy muy conforme con él, obviamente pienso que puede ser mejorable y pienso que hay cosas que no pudé lograr del modo que quería. Falta todavía mucho por hacer, que es lo que estamos haciendo ahora. Es la película que quería hacer. Va a quedar una buena película, sin excusas. Hay una apuesta grande en los efectos digitales”, afirma el cineasta.
La inversión, dedicación y producción impuesta en Necronomicón posicionan a la película como una seria candidata a marcar una tendencia dentro del cine nacional de terror, aunque involuntariamente no busque eso. Cuando le preguntamos a Schapces si tenía alguna presión al respecto, respondió con la misma naturalidad y convicción con la que comenzó la charla, demostrando que está haciendo esto porque ama lo que hace: “Leo y veo terror desde los 11 años, no tengo ningún tipo de presión al respecto porque se lo que estoy haciendo. En ese sentido estoy muy tranquilo, estoy haciendo algo con mucho amor y respeto por sobre el género y los que van a ver terror no se van defraudar; les puede gustar más o menos la película pero no puede no gustarte nada porque en algún lado algo hay con lo que se van a quedar. Estoy tranquilo porque hablamos de lo que sabemos y de lo que queremos. Soy un fan del terror”.
Necronomicón: El libro del infierno no tiene una fecha de estreno programada para los cines argentinos, aunque la intención de Schapces es poder presentarla durante el mes de octubre: “La idea es que se pueda estrenar en Octubre. Esas son las aspiraciones y por las que estamos laburando a mil. Tampoco vamos a rifar la película porque tiene una posproducción muy compleja. Nuestro horizonte es llegar ahí”.
Luego de que Necronomicón haya sido estrenada, el futuro de Schapces está impuesto por dos trabajos en los que estará como productor: “Lo que se viene por delante son dos proyectos grandes como productor, el primero es sobre Rodolfo Walsh y el momento en donde decide escribir Operación Masacre y el otro es la tercera parte para la trilogía de Luque y Capusotto”.
Sin embargo, Marcelo confiesa que no tiene pensado alejarse del género: “No me desespero por dirigir el próximo proyecto, no he dirigido tanto porque así se han dado las circunstancias, pero armar cada proyecto lleva su tiempo. De alguna u otra manera voy a estar vinculado al género. Yo creo que nos va a ir bien con Necronomicón, creo que la peli va a quedar muy bien entonces habrá otra película de género en el horizonte porque una vez que te pega el bichito después te dan ganas, porque además laburamos con un equipo muy encantador, la pasamos bárbaro y seguramente tengamos ganas de hacer más películas de este tipo, más complicadas y más difíciles“.
La problemática en el INCAA no fue ajena a esta entrevista. Las controversias actuales están movilizando a todos los miembros del cine nacional, y Marcelo Schapces, desde su posición y como integrante de esta industria, ofreció una opinión al respecto: “El cine es uno de los presupuestos más puros que hay porque son impuestos directos de la actividad cinematográfica, es algo cíclico. Hay una mirada muy simplista muy retrograda. Hemos siempre defendido el cine como una actividad cultural e industrial, tiene una autarquia y lograrlo costo mucho, por eso esas miradas fáciles sobre supuesta corrupción en el cine y demás siempre nos ha parecido que esconden detrás alguna otra intención que tiene que ver con pegar un manotaso a esos fondos fresquitos tan limpios que justamente están ahí en el cine. Mas allá de las diferencias que puede haber, esto se ha cargado a dos personas como Alejandro Cacetta y Pablo Rovito que si algo no son es ajenos al sector cinematográfico.
En cuanto a las medidas que están tomando, Schapces explica todo con las misma claridad como si estuviese contando sus relatos favoritos de H. P. Lovecraft: “En este momento tiramos todos para el mismo lado porque cuando corre peligro los fondos de fomento, que es un fondo genuino, todo el cine se une. Una de las consignas reales es que en el cine argentino la grieta no existe porque siempre ha sido así“.