Todo comienza con una premisa clásica, incluso estereotípica: un joven neoyorquino en sus 30, es abandonado por su novia de toda la vida y debe reinsertarse, con ayuda de sus amigos, en el mundo de las citas. Es agobiante y ridícula la lista sin fin de comics, películas y series que podrían ajustarse a esa breve sinopsis. Las historias de romance y desamor en la era moderna son el caballito de la batalla, la apuesta segura y el pan de todos los días para cientos de productoras que año tras año inundan nuestros poros con uno, dos, tres, cuatro pilotos que luego se convierten en series que son canceladas tras diez capítulos y terminan por engrosar ese in Memoriam eterno de comedias fallidas que abusaron de la misma receta.
En este contexto emerge Man Seeking Woman, que acaba de estrenar su segunda temporada el 6 de Enero pasado en FXX, la señal alternativa de FX (que es, valga la redundancia, la señal alternativa de FOX). La serie está basada en el libro The Last Girlfriend on Earth escrito por Simon Rich, quien hace también las veces de director de la adaptación para la pantalla chica, junto a Lorne Michaels (Saturday Night Live) en el rol de productor. El elenco lo componen Jay Baruchel (Tropic Thunder), Eric André (2 Broke Girls) Britt Lower y Maya Erskin.
Diez son los capítulos, veinte los minutos que duran y miles los intentos para plasmar en palabras que es lo que hace interesante a Man Seeking Woman. Si bien es muy difícil abordar este punto sin recurrir a ejemplos que acaben por spoilear los elementos que hacen de esta una serie única; el guion se apoya en una estricta literalidad para ejecutar todo lo que sucede en la psique del protagonista y encuentra en lo absurdo, lo bizarro y lo surrealista el vehículo perfecto para plasmarlo en pantalla. Merced a esto, la narrativa se vale de hipérboles de todo tipo para llevar al plano de lo real aquello que, de otra forma, quedaría confinado a las cuatro paredes de la mente del personaje.
Este juego entre lo real y lo fantástico construye las situaciones que Josh Greenberg debe atravesar capítulo tras capítulo, donde todo es posible. El componente fantasioso, pero a su vez metafórico de la vida romántica del protagonista, le aporta frescura a una trama que va mutando en un delirio neurótico y acaba por satirizar a su propio género, orquestando así algo novedoso, original y divertido.
Gracias a un excepcional uso de la animación, la serie toma recursos de Scott Pilgrim vs. The World, y los incorpora a la clásica estructura narrativa de shows como Portlandia. Este mash-up hace a la personalidad de la serie, que acaba nutriéndose de elementos de la animación en detrimento de aquellas fórmulas repetidas que caracterizan a la sitcom tradicional.
Esta visión absurda y patética del romance moderno acaba dando lugar a una locura narrativa que va in crescendo capítulo tras capítulo. Así, se da con una serie refrescante y adictiva que transparenta y ridiculiza la búsqueda del amor en la era de las redes sociales. La ingeniosa estrategia de Simon Rich configura una mirada cómica pocas veces explorada y hace del show un diamante en bruto con potencial de convertirse en una de las mejores comedias del año.
https://www.youtube.com/watch?v=HxURCAJaZ6E
Por Pablo Pinna
1 comentario
Muy buena crítica..el autor me convenció!