Los habitantes de Alexandria saben muy bien que los enfrentamientos en los capítulos pasados de The Walking Dead no van a ser los únicos y por eso comienzan a prepararse para enfrentarse a lo que venga.
Los personajes que hasta ahora sólo se destacaban por ser ratas de laboratorio o más inteligentes, comienzan a tener valor para enfrentarse a los zombies, e incluso a salir fuera de los muros que los protegen y tomar más riesgos en las misiones; aprovechando su inteligencia y aportando nuevas ideas que podrían mejorar la vida de los habitantes de Alexandria.
Uno de ellos es Eugene, el cual decide usar toda su inteligencia con una gran idea, comenzar a fabricar municiones en un galpón ubicado en uno de los pueblos abandonados. Una genial idea que podría convertir al grupo de Rick en una superpotencia en el nuevo mundo. Lo único que le falta a Eugene es un poco más de práctica con los zombies, pero al menos lo está intentando.
Otro de los personajes es Dennis, la médica del pueblo, que le propone una idea a Daryl y Rosita para buscar provisiones de medicamentos en un lugar a las afueras de Alexandria, los cuales podrían ser de mucha ayuda si se presenta algún contratiempo. También, como Eugene, su debilidad es la falta de práctica para enfrentarse con los zombies, aunque ya no es de mucha importancia, porque durante el regreso a Alexandria, Dennis es atravesada por una flecha que da directo en su cabeza. Esta flecha es lanzada por Dwight, el sujeto que le había robado la moto a Daryl en capítulos pasados, y que ahora tenía de prisionero a Eugene.
Por suerte, y gracias a la ayuda de Abraham y la inteligencia de Eugene para pensar rápido, logran superar a Dwight y su grupo.
Otra de las cosas que sorprendió en este capítulo fue la decisión de Carol en abandonar Alexandria y dejar al grupo de Rick con una mano menos y muy importante para defenderse de las amenazas que se acercan.