Esta nueva temporada de American Horror Story planea consolidarse como una de las más violentas, macabras y sexuales de toda la saga. Si en el debut habíamos tenido un indicio de esto, en “Chutes and Ladders”, esa premisa comienza a consolidarse.
Gran parte del capítulo se lo llevo Evan Peters y la presentación de su nuevo personaje: James March. Este ex magnate de los años ’20 que mandó a diseñar el Hotel Cortez, lleno de habitaciones secretas y pasillos sin salida, para sus fines perversas. Acusado de decenas de crímenes, se suicidó antes de que la policía pudiera atraparlo, pero su cuerpo y alma siguen presentes en el hotel, con un propósito aún sin descubrir. Al igual que en Murder House, Evan Peters vuelve a interpretar a un fantasma en pena, aunque el que se presenta este año tiene un toque maligno que lo hace mucho más interesante.
Y parece ser que los crímenes que cometió James March hace mas de 70 años se relacionan con el asesino en serie que viene persiguiendo el detective Lowe (¿O John es en realidad el acechado?), o eso es lo que el piensa luego de tener una conversación con Iris. Pero le dejó bien en claro que para saber la verdad deberá tener “una mente más abierta”. Y para agregarle más complicaciones a su atormentada mente, no solo él vio a Holden sino que su hija Scarlett encontró a su hermano muerto en esa habitación secreta donde los niños vampiro juegan y pasan la mayor parte de sus días.
“Chutes and Ladders” también presentó a un nuevo personaje; Tristan. Este modelo adicto a las drogas que fue parte del staff que desfiló en la fiesta de inauguración de Will Drake, el nuevo dueño del Hotel, se transformó en el nuevo juguete sexual de Lady Gaga, luego de que está lo convirtiera en vampiro.
Gracias a esto, pudimos conocer un poco sobre los orígenes de La Condesa y también muchos de los atributos de esta raza: no tienen colmillos, ellos solo chupan la sangre (ahí el por qué de tantos degollamientos y puñales a la yugular); además de otras características que le permiten mantener la longevidad. La llegada de Tristan significaron malas noticias para Donovan; que ahora fue desplazado y La Condesa amablemente le pidió que armará sus valijas y se fuera.
De a poco la historia va tomando un poco más de color y forma. Aunque por el momento los 70 minutos que duran los capítulos le sientan bien y no se tornan demasiado extensos, la excesiva duración le puede terminar pasando una mala jugada durante la mitad de la temporada.