F1 22 ajusta varios aspectos de su jugabilidad, mantiene un ritmo continuísta a nivel técnico y cercena varios de sus contenidos, para priorizar calidad por sobre cantidad.
Si vienen leyendo los contenidos de Geeky durante los últimos años, y principalmente los análisis sobre esta franquicia (acá pueden encontrar las completas reviews sobre F1 20 y F1 21), entenderán con un mayor sustento cuando afirmo que estamos ante una de los mejores simuladores automovilísticos de los últimos tiempos, peleando cabeza a cabeza ese podio con Gran Turismo.
El gran interrogante que dejó su edición anterior era si finalmente íbamos a ver en F1 22 un salto superlativo en todas sus aristas para sacar ventaja ante el resto de sus competidores y, dependiendo la perspectiva desde donde se lo mire, estamos ante cambios importantes, tanto a nivel jugabilidad como en contenidos, con decisiones un poco particulares por parte de Electronic Arts y Codemasters. Pero, a nivel técnico y audiovisual, es muy difícil destacar un salto cualitativo porque de buenas a primeras se ve muy idéntico a la entrega del año pasado; una entrega que ya de por sí se veía fenomenal pero de momento no se aprecia la potencia de la actual generación de consolas.
¿Es más de los mismo o hay una evolución de la fórmula? En lo siguientes párrafos vas a encontrar la respuesta a esa interrogante.
Menos es más.
De buenas a primeras, los grandes cambios que se observan en F1 22 radican en su contenidos. Luego del regreso del debut del Modo Historia el año pasado, bautizado Braking Point, no hubo revancha para un apartado más narrativo dentro de esta entrega y directamente fue cercenado. Desde EA y Codemasters anticiparon que su partida no es definitiva, sino que probablemente haga acto de presencia en futuras ediciones.
Más allá de algunas críticas sobre esta decisión por parte de los jugadores, me pareció acertado no enfocarse en volver a repetir la fórmula si no hay un contexto narrativo que valga la pena. Braking Point no estaba mal, pero tampoco tenía una historia atrapante o disruptiva: cumplía con su propósito y buscaba darle al jugador un poco de versatilidad de contenidos.
Y si nos metemos en los contenidos, la mano de EA se siente más que nunca con la inclusión de un apartado estrictamente social llamado F1 Life ¿De qué va? Básicamente se trata de un hub en el que tenés la posibilidad de exhibir todos tus logros; una vitrina en la que también podrás sumar, además de los trofeos y el avatar personalizado, unos autos deportivos que podemos obtener a cambio de las monedas virtuales que funcionan como la economía in game dentro del juego.
Los vehículos deportivos no solo tienen una función estética dentro de este museo automovilístico que ampliamos a medida que tenemos éxito en la pista: también está disponible la posibilidad de manejarlos en pruebas contrarreloj como desafíos opcionales. Lejos de lo que se le puede atribuir a EA en las economías internas de sus juegos, F1 22 es muy generoso en la compensación por estar arriba de la pista y al cabo de varias horas cosechando éxitos en cualquiera de sus modos principales, las arcas se irán llenando para gastar en los diferentes desbloqueables que hay disponibles.
En lo que respecta sus verdaderos contenidos jugables, F1 22 no se corre un ápice de su fórmula ganadora. La vertiente offline está capitaneada por su Modo Gran Prix, que permite jugar temporadas completas de Fórmula 1 o Fórmula, personalizando la cantidad de pistas, vueltas, nivel de realismo y exigencia de la IA, con ese nivel de personalización que invita tanto a los casuales como a los que están con el casco puesto desde hace varios años.
El costado de gestión y conducción vuelve a ser liderado por Mi Equipo, que vuelve a modificar detalles únicamente para hacerlo cada vez más robusto. El sentido de la progresión tiene una injerencia mucho más clara desde el comienzo, donde la elección de la escudería está ligada al presupuesto que tenemos disponible; por ende las ambiciones y recursos van de la mano de nuestro ingenio para poner el mejor coche en pista, mantener a los pilotos satisfechos con el rendimiento del automóvil, contratar al mejor equipo de ingenieros y al mismo tiempo no descuidar ninguna de las aristas, adentro y afuera de la competencia, porque la imagen que expongamos de la marca es la que después nos dará mayores réditos económicos.
Me gusta como este modo consiguió su propia identidad con el paso de las ediciones y, si bien es muy gratificante ver la evolución de la escudería, también exige cada vez un mayor nivel de atención, porque los errores se pagan y muy caro: desde la distribución de los puntos de gestión hasta la asignación de presupuestos; no es un formato para tomar a la ligera y tampoco hay contemplaciones para decisiones apresuradas.
Su vertiente online casi que no sufrió cambios. Las competiciones semanales en sinergia con el calendario oficial de la F1 están a la orden del día, las partidas casuales y también los torneos clasificatorios; todas opciones que se traducen en aumentar nuestras arcas para sacar todos los desbloqueables en curso.
En contrapartida con su popurri de opciones, la jugabilidad sí decidió pisar el acelerador, y se nota para aquellos que venimos transitando las últimas decisiones. El principal cambio viene reflejado por los cambios en el reglamento de la Fórmula 1 para la competencia de 2022 y cómo esto impactó en la confección de los vehículos que están en pista. Esto se tradujo en modificaciones en la estructura de los coches y su funcionamiento (teniendo en cuenta también la parte de inversión económica de las escuderías), que se traducen en carreras más parejas y una reducción en la brecha de todos los equipos.
F1 22 tomó nota de todas estas variaciones y el resultado en el juego es magnífico: las competencias se volvieron mucho más parejas y con una cuota de impredecibilidad, porque ahora hay mayores posibilidades de tomar ventaja de los rivales de adelante tomando mejores curvas o aprovechando el envión de velocidad si estamos emparejados paralelamente en una recta, aprovechando el buff de aire. Todo este mix de emociones forma parte de la sintonía “realista” que pregona la franquicia: la experiencia de juego es un espejo de lo que se vive durante los fin de semana de carreras.
Al margen de la sensación realista y la gran respuesta de los controles, todo en F1 22 es personalizable: desde la automatización vehícular, pasando por la rigurosidad de la IA hasta el nivel de detalle técnico tanto del vehículo como la sensación de volante; cada engranaje de su configuración se adapta al estadío y necesidad del jugador; experiencia que se potencia si contamos un volante + pedales y ni hablar si en su versión de PC contás con soporte para realidad virual, algo que para este análisis no llegué a probar (se revisó en su versión de PS5) pero que es pináculo máximo de la simulación.
A nivel audiovisual y de rendimiento me cuesta realmente resaltarle puntos altos porque arrastra las mismas bondades y perjuicios de su edición anterior (por no decir 2 ediciones); casi que no hay muchas diferencias en las versiones interanuales. Hay un enorme trabajo por destacar las carrocerías, el sonido del motor, y hasta el mínimo detalle de los vehículos, inclusive cuando las colisiones regalan pedazos volando por el aire. Las pistas continúan como el gran campo a trabajar por parte de Codemasters, pero mucho más los cambios climáticos durante las carreras, que todavía no lucen esa cuota de realismo que acompaña a toda la propuesta.
Conclusión
Con el cambio de reglamento que propuso la FIA para este año, Codemasters tomó la decisión con F1 22 de enfocar sus recursos en acompañar su jugabilidad con las modificaciones de la Fórmula 1 y mantener la calidad intacta en este apartado, aunque a expensas de esto cercenó parte de sus contenidos ni tampoco sumó con F1 Life un apartado que realmente se sienta innovador.
Por suerte para la franquicia, los modos de juego insignia de los últimos años continúan haciendo pole position con mucha confianza, con un modo Mi Equipo cada vez más detallista y un Gran Prix.
“¿Arriesgará en la próxima edición o seguirá jugando a lo seguro con el riesgo de “cansar” a los fieles jugadores de la franquicia?”, con esta pregunta cerraba en el análisis de la edición anterior, y si no hubiesen aparecido estas modificaciones en la jugabilidad, probablemente la respuesta de los jugadores no hubiese sido positiva. Veremos qué saca de la galera el año que viene EA para mantener la llama intacta.