Si la primera temporada de la serie moderna de Doctor Who revivió la esperanza de quienes todavía confiaban en que la historia tenía mucho que ofrecer (a la vez que le permitió aggiornarse a un nuevo público acostumbrado a los efectos especiales), la segunda temporada de Dr Who demostró a qué extensión el gallifreyano sigue vivito y coleando aún más de 40 años después de la emisión de su primer capítulo.
La temporada 2006 arranca con el especial de Navidad, que es un clásico en la serie y que difícilmente se pueda ubicar por fuera de la secuencia de capítulos (a pesar de que así lo marque la BBC). El Doctor está recientemente regenerado tras un “pequeño traspiés” en el que Rose miró dentro del corazón de la TARDIS y vivió para contarlo simplemente porque él la besó, absorbiendo toda la energía del vórtice.
Por suerte, en este caso no se cumple eso de que las segundas partes nunca son buenas. David Tennant, quien permanecerá por 3 temporadas y 8 apariciones especiales, hace un nuevo Doctor un tanto más vengativo, pero a la vez más canchero y adorable. Sin mencionar notablemente más fachero. El décimo Doctor tendrá una relación mucho más estrecha con Rose Tyler, su acompañante y confidente.
En esta temporada habrá nuevos enemigos, como los Sycoraz, los Krillitanes, unos robots con vestimenta del siglo XVIII que querrán matar a Madame de Pompadour, unos especies de hombres-lobos que atacarán nada menos que a la Reina Victoria de Inglaterra, una extraña energía televisiva llamada “el Cable”, los Ood (que demostrarán no ser tan “enemigos” después de todo), un Abzorbaloff llamado Victor Kennedy, y el incomprendido Isolus.
También habrá algunas reapariciones memorables como los Cybermen (nuevos para la serie modernas, pero viejos en la cronología del Doctor), Lady Cassandra (la autoproclamada “última humana” de la historia), el Rostro de Boe (SPOILER ALERT: poco a poco nos damos cuenta que no es más que el ya conocido Captain Jack que ha envejecido siglos y siglos hasta no ser más que una cara), Sarah Jane Smith y K-9 (en una vuelta nostálgica a la serie original) y como no podía faltar, los Daleks.
La temporada crece exponencialmente hasta su último episodio Doomsday, donde cualquiera que tenga corazón es capaz de emocionarse ante el infeliz destino de Rose y el Doctor. En esta segunda entrega de un episodio doble, que comenzó con Ejército de Fantasmas, juegan fuerte los argumentos de mundos paralelos y situaciones imposibles en episodios anteriores, salvados por misteriosas excepciones coyunturales.
A pesar de que Rose tendrá apariciones especiales posteriormente, se trata de su última temporada como acompañante del Doctor. En una poderosa escena que tiene lugar a orillas de la Bahía del Lobo Malo (en clara referencia al leitmotif de la primera temporada Bad Wolf), Rose pronunciará esas palabras que todos veníamos esperando desde hacía varios episodios. ¿Y el Doctor? Solo digamos que los espectadores no serán los únicos en piantar una lagrimita.
Por Natalia Valchi